lunes, 11 de agosto de 2014

Las piscinas

Este verano hemos aumentado los paisajes con uno nuevo: las piscinas. Rodeadas de verde, resultan un lugar inmejorable (sobre todo ahora que el río lleva tan poco agua) para leer, tomar el sol y refrescarse. Porque lo de hacer unos largos va siendo cosa de la prehistoria (la mía, claro). A lo más que llego ya es a hacer unos cortos. También es buen lugar para escribir, como en este momento.
Las fotos de la piscina no dicen nada: agua en unas dimensiones más que aceptables, gentes que toman el sol, varias sombras de árboles y alguna hamaca para los más pudientes (2 euros al día).
Lo interesante es la mirada que hace un pequeño análisis de sus usuarios (y de sus sonidos).
Hoy es viernes. Así que aún no han “subido” de “Bilbao” todos  esos aitas que trabajan en agosto. Por consiguiente, hay tres tipos de personajes: un montón de niños de entre 7 y 12 años, que saltan al agua, corren a ratos, gritan casi siempre, y disfrutan como los demás lo hicimos cuando todavía ni existían (para nosotros) las piscinas.
Algunos de los niños son del pueblo. Están de “colonias abiertas” (que es como se dice ahora). Otros, los más, son “de otras tierras” (¡qué distinto suena entonces aquello de “no me llames extranjero”).
En correspondencia, el segundo grupo es el de los aitites y algún que otro yayo. Aquí, en traje de baño, sentado al sol que todo lo iguala, sólo se distinguen entre sí cuando sus nietos los llaman.
El tercer grupo, menor, es el de algunas “amatxus”, grupo que va creciendo a medida que avanza la mañana y las comidas del día ya se han dejado listas para cuando se regrese de la piscina, y, quizás, llegué algún aita de fin de semana (que hoy es viernes, repito).
En medio de todo esto, ¿cómo suponer que sigue habiendo ébola, Gaza, Irak, desempleo, corrupción, ambición desmedida, abusos y… (perdón por la frivolidad en este contexto) Bilbao Basket?

A propósito, ¿alguien nos explicará (¿o esta vez tampoco?) lo que ha pasado-está pasando de forma clara, sin eufemismos, medias verdades, silencios…?

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