miércoles, 31 de agosto de 2011

31 de agosto. Por la tarde


31 de agosto. Por la tarde. Parece que algo se acaba. Sin embargo, mañana por primera vez en muchos años faltaré a la cita del 1 de septiembre porque no se ha acabado. No piense nadie que me vaya a dar mucha pena.
Cierto que me acordaré de mucha gente, de muchos momentos de programaciones, de ilusiones (y bolígrafos) nuevas,  a estrenar, de enterarme cómo han ido muchos veranos, de la repetición una y otra vez de ese diálogo: “Hola, ¿qué tal?” “Hasta ayer muy bien”. Cierto que tendré un momento para la melancolía, pero estoy muy contento de haber acabado ese ciclo de mi vida y de dejarme ir todavía durante septiembre… a ver si me pilla el buen tiempo.
Los que estéis al borde del estrés postvacacional, recordad que dentro de dos días vuelve a ser fin de semana.
Acabo de terminar de leer “La higuera”, de Ramiro Pinilla. Tenía muchas ganas de leer algo suyo, pero no se si he elegido bien. Me ha resultado extraordinariamente “extraña”. Menos mal que siempre podemos volver a los clásicos y Shakespeare sigue siendo una gozada. Ahí tenéis a Macbeth. Y si a alguien le da una cierta grima leer algo tan antiguo, os recomiendo (sigo “repasando” “mi” teatro) “La visita de la vieja dama” de F. Dürrenmatt.
No os olvidéis, aunque no entendamos mucho lo que significa todo este lío de la deuda, que quieren reformar la Constitución, o sea la base de nuestro  sistema político, legal,… sin contar para nada con nosotros. Ellos se bastan y se sobran.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Reforma de la Constitución

He recibido este correo y como me parece muy interesante, le doy publicidad desde mi blog:

Dear López,
Como sabes Change.org es una plataforma que está en inglés y por eso no te enviamos correos electrónicos con nuestras campañas. No queremos molestarte. Pero hoy, en Actuable, nuestra plataforma hermana en España, ha surgido una petición que está batiendo todos los récords y puede resultarte interesante: un referendum para ratificar la reforma de la Constitución.
El Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hizo ayer un anuncio inesperado en el pleno extraordinario de Congreso: reformar la Constitución para introducir un límite al déficit público.
Inmediatamente, el Catedrático de la UPF, Vicenç Navarro creó una petición en Actuable para que esa reforma tenga que ser votada por los ciudadanos. “El límite al déficit no es algo abstracto: es lo que va a determinar que tengas o no acceso a la educación o a la sanidad, entre otras muchas cosas” dice Vicenç. “Limitar el déficit es limitar la inversión en la sociedad. Con esto, el Gobierno podrá dejar a personas como tú en la cuneta”.
Como dice Vicenç, la Constitución no exige que esta modificación sea aprobada por referéndum vinculante. Para que los ciudadanos seamos consultados sobre esta cuestión fundamental que va a afectar al resto de nuestras vidas es necesario que una décima parte de los miembros de cualquiera de las Cámaras lo solicite tras su aprobación en el Congreso y el Senado.
Los ciudadanos debemos poder votar en un asunto tan fundamental como este. Únete a miles de personas que ya han firmado la petición y pide a los Diputados y Senadores de todos los grupos políticos que se comprometan a solicitar la celebración del referéndum para su ratificación como permite la Constitución en su artículo 167.3.
Gracias,
- Patrick y el equipo de Change.org
 He resuelto una de mis dudas con "Las viejas difíciles": el teatro "realista" de los años sesenta no solía tener "happy end". Está siendo interesante "repasar" el teatro. Me toca Shakespeare.
Un abrazo especial para Koldo, al que se le ha muerto un hermano.

jueves, 18 de agosto de 2011

Eneko


Perdonad que hoy mi blog se vuelva excesivamente “familiar” y que escriba sólo para unos poquitos.
Eneko ha muerto. Para los que no lo sepáis él trabajaba en la administración de la Escuela (curiosamente, también lo hizo Puri hace muchos, muchos años).
Seguirá vivo en nuestro recuerdo mientras este perdure, así que os dejo el último que tengo de él.
Era la tarde del pasado 28 de julio. Yo tenía que hacer los papeles de mi jubilación y él estaba allí, en secretaría. Había interrumpido sus vacaciones para pagar los sueldos y acabar de arreglar los últimos flecos económicos de mi relación laboral con la escuela.
- ¿Vas de vacaciones?, le pregunté
- Sí – me dijo. Me marcho 15 días a tomar el sol y descansar.
- Te irás lejos para que no te hagan aparecer por aquí, ¿no?
- Sí, marcho lejos.
- Que pases unas buenas vacaciones.
Esas fueron mis últimas palabras, mi último deseo.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Maldito tiempo


Dos cosas me dan vueltas por la cabeza. Una es una seria mala leche no tanto por el tiempo (climatológico)  que tenemos, cuanto por el que no tenemos. (¡Ah! ¿qué fue de aquellas cervezas en una terraza al fresco de la tarde?). La otra unas jornadas de jóvenes que –dicen- van a reunir más de un millón de ellos. (Tendríamos que hablar largo y tendido de semejante fenómeno, sin prejuicios).
Así que las dos cosas juntas me llevan a “repasar” “Las viejas difíciles”, una obra de teatro de Carlos Muñiz, editada en 1963 y estrenada en 1966. Carlos Muñiz pertenece al llamado teatro realista y, como os podéis imaginar, en unos momentos históricos en los que sólo se puede ser crítico con la realidad y cautos con las palabras. Por eso muchas veces  iban más allá las suposiciones de los espectadores-lectores que las de los propios autores. Era el tiempo en que uno salía del teatro (o del libro) diciendo aquello de “ha querido decir que…” “realmente hablaba de…”.
En unos días os cuento algo más de lo que “repasaré” con sumo gusto.
Cambiando, para los que no lo sepáis Eneko (administración en la Escuela) ha sufrido un atropello en Girona y está muy malito.

martes, 16 de agosto de 2011

De libros y cine


Alimentar el blog tiene sus exigencias, pero no es fácil encontrar el tiempo cuando se tiene todo el del mundo.

    Sigo con mi intento de “repasar” el teatro que movió mis primeros contactos importantes con la literatura. Les ha tocado el turno a los “jóvenes airados” de mediados de los cincuenta y principios de los sesenta. Entre los ingleses empieza entonces a nacer un teatro “social”, que quiere romper con el teatro dulzón de las comedias “burguesas”.
¡Dios mío! ¡Cómo pasa el tiempo! O este teatro ha envejecido muy mal o yo… “Mirando hacia atrás con ira” de John Osborne y “El montaplatos” de Harold Pinter ya no son lo que fueron, a pesar de que sigo recordando lo que supusieron en una época en la que el único teatro que se podía ver (con una buena cartera) en Bilbao eran aquellas comedias de enredo que llegaban para amenizar las fiestas de agosto. Poco más había en el panorama nacional del teatro profesional.

                También he leído  a Ángeles Mastretta. Me gusta mucho cómo escribe la mejicana. “Mal de amores” es un tanto exagerada, pero los personajes que crea tienen suficiente interés en sí mismos como para seguir la novela con atención e interés. Conocía ya de ella una recopilación de relatos breves (“Mujeres de ojos grandes”) que he recomendado muchas veces como una lectura sugerente, inteligente, despierta,… La novela que cito me ha confirmado en la idea de que leeré más cosas suyas.
                Además he visto (en video, pero está en los cines en Bilbao) “El hombre de al lado” Curiosa e interesante. Curiosa por la forma (incluyendo la técnica) como se desarrolla. Interesante por el tema: alguien “establecido”, con una familia apropiada, una profesión envidiable y un éxito en el trabajo que se traduce en una situación material y social desahogada, un triunfador –vamos- vive en una casa que es toda luz (la única que Le Corbusier ha hecho en América del Sur), ese alguien se encuentra un buen día con el hecho de que su vecino ha abierto un boquete en el muro de enfrente para hacer una ventana en su casa. Sólo quiere que le lleguen unos rayos de sol. No quiere molestar. Sabemos poco de ese hombre, pero no es, ciertamente, un triunfador. Derecho a la intimidad contra derecho a los rayos de sol. Desde ese planteamiento todo es posible. Yo no os voy a desentrañar el desenlace. Id a verla. Al menos, los amantes del cine. No vais a tirar el dinero.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Una mujer en África


Hubo un tiempo en que íbamos al cine a que nos contaran historias cuyo valor no estaba en sí mismas, sino que servían de metáforas para “transmitir” pensamientos, ideas, valores,…
Ayer estuve en el cine. Vi “Una mujer en África”. Luego he leído algunas críticas. A pesar de esa lectura, sigo sin atar algunos cabos. Por partes.
La película, sin duda, cuenta una historia. Y lo hace de una forma difícil para el espectador, pero que en líneas generales funciona y muy bien. Hay un solo tiempo en la historia. Los hechos ocurren en un breve espacio de tiempo, no más de un día. Aunque el recuerdo de la protagonista nos haga conocer buena parte de un pasado sin el que no tendríamos historia, sólo algunos hechos sin una línea de unión.
Y si el tiempo es uno, los narradores son dos: por un lado, la protagonista nos irá dando la parte de historia que ella conoce y vive. Por otro lado, un narrador en tercera persona, omnisciente, conocedor de todo lo que ocurre alrededor de la protagonista, la sitúa en el contexto más amplio de la realidad.
Y si la historia no tiene nada de metafórica, sí está llena de lugares ejemplarizantes. Es decir, de situaciones que sirven de ejemplo para entender cosas que sí nos interesan porque “trascienden” a la lucha de una mujer por mantener el domino de un cafetal en una situación de cambios políticos en medio de África: el valor del matrimonio y la maternidad, la lucha por lo que una considera suyo, aunque legalmente no sea la propietaria; el sentido de la propiedad; la violencia como medio político; los niños-soldados;…
En algunos momentos, la película – creo – quiere abarcar tanto y hacerlo con anécdotas tan breves que resulta ininteligible. Al menos, este servidor se ha quedado en ascuas respecto a determinadas escenas. Vamos que no he conseguido saber a qué venían.
La forma en que está narrada, la interpretación, la música, la historia contada son suficientes para recomendar que vayáis a verla. Si lo hacéis, dejad vuestros comentarios.