sábado, 28 de marzo de 2020

La hija del comunista



“Poyejali, me dije. Igual que Yuri Gagarin a bordo del Vostok 1, me fui sin saber que, como el cosmonauta, tampoco encontraría a Dios al otro lado”.

Así se va Katia,  “la hija del comunista”,  del Berlín Oriental al Occidental. Así da comienzo un nuevo acto del drama en que consiste vivir, cuando no puedes hacerlo donde deseas.

“El comunista” es un exilado de la guerra española. Perdedor. A mitad de la contienda ha podido escapar, para ir a Rusia. Y de allí, trabajando para el Partido, a Alemania. Nunca volverá a casa. Nunca dejará de añorar su casa. Y marcará a toda su familia. El comunista se ha convertido en “un hombre atravesado siempre por una nostalgia absurda de ninguna parte”.

“La hija del comunista” de Aroa Moreno Durán es una novela lejana a las que suelo leer, a los géneros y los temas que más me suelen interesar.

Al leerla, impresiona lo que pudo significar el exilio, la vida lejos de lo de cada uno, el muro que separa, el socialismo real, las decisiones equivocadas. Lo que pudo significar y lo que aún hoy seguirá significando para muchos en situaciones similares.

Cuando todo eso se hace carne, cuando se personaliza en alguien concreto, real o personaje de ficción, cuando se ponen de manifiesto sus efectos, inquieta. Al fin y al cabo, hoy mismo estamos viviendo el hecho de que una posibilidad de ficción pueda llegar a ser real en muy poco tiempo.

Todo esto que digo está contado con una prosa sencilla, fácil de seguir, ligera y muy bella.

Una prueba en esta bella (y no menos inquietante) descripción del consumismo: “Cuando la niña sopló las tres velas, con el aplauso aún caliente tras desearle felicidades, empezó a abrirlos (los paquetes con los regalos). Destrozaba el papel con sus manos pequeñas. Cogía la caja que contenía el juguete, lo agitaba y, sin abrirlo, en unos segundos lo dejaba en el suelo. Tardó cinco minutos en terminar con todos. Entonces se levantó, me miró y corrió detrás de uno de los niños que habían venido.”

miércoles, 25 de marzo de 2020

La vida secreta de los escritores

Me ha ocurrido algo muy curioso con Guillaume Musso: leí en algún sitio que era el autor francés más leído y que escribía novela negra.
Yo no había ni siquiera oído hablar de él nunca. Así que me hice con varias de sus novelas y empecé a leer una (no recuerdo cuál).
No pasó la prueba de las cuarenta páginas: me pareció muy mala y dejé de pensar en Musso. Me habían vuelto a engañar.
Pero, recientemente, me encontré con muy buenas críticas y recomendaciones de la novela que hoy os comento.
Dí mi brazo a torcer y me enfrenté a ella con muchas dudas algún prejuicio.
La curva de las 40 páginas la pasé a velocidad punta, a la máxima permitida por las autoridades y a la página 100 le ocurrió lo mismo, y ...
Posiblemente al buen suspense que llena la narración le acompañaba el deseo de llegar al capítulo siguiente para leer la frase de otro autor con la que Musso da entrada al capítulo. No os las perdáis. Son de este tono: "La primera virtud de un escritor es tener buenas nalgas (Dany Lefrevière)"
Ocurre que el coronavirus me ha dejado sin ganas de buscar las palabras apropiadas para analizar la novela más allá de esta muy breve introducción.
Es una narración sumamente "heterodoxa", es como un puzzle que se va rellenando a poquitines y que carece de sentido hasta que las piezas encajan definitivamente.
Sólo, pues, una cosa más: leedla, es muy buena novela.

martes, 24 de marzo de 2020

Estudios científicos




Hace ya casi 30 años, Txutxi (Jesús Mª Paredes) y yo publicamos un “Estudio socio-demográfico de Otxarkoaga”.

Son muchas las personas que lo han usado para sus intereses que para eso lo hicimos. Sólo hemos pedido siempre que se nos cite. No por egocentrismo, sino para que nadie se atribuya lo que nosotros hemos hecho.

Ayer me llegó un “ESTUDIO SOCIO-URBANÍSTICO Y PARTICIPATIVO DEL BARRIO DE OTXARKOAGA”, informe redactado por Createlli y LurStudio, y elaborado porque “se considera necesario partir de un análisis socio urbanístico y participativo de las necesidades sociales y urbanísticas actuales en el barrio de Otxarkoaga para garantizar los siguientes objetivos”  (y, a continuación enuncian los tres objetivos que buscan).

Es un trabajo (supongo) pagado con dinero público. Y me parece bien que el dinero público sirva para hacer estudios, además de arreglarles las aceras a las cafeterías para que pongan terrazas.

Resulta que cita nuestro trabajo, o, mejor aún, lo sitúa entre sus “fuentes de información”. Y yo empiezo a pensar si es bueno que te citen. Quizás haya quien juzgue el objeto citado por el lugar donde lo encuentra citado. Yo lo hago, a menudo, cuando encuentro una novela citada en la que estoy leyendo en ese momento.

Es que no estoy nada seguro de que los autores de este segundo estudio hayan leído el nuestro. Ya lo indicábamos en la introducción: “El trabajo de lectura de este estudio será arduo y duro para quien lo emprenda y, a veces, excesivamente árido por la abundancia de cifras”.

Nuestro estudio, que también quería “servir de orientación en la acción social”, pretendía ser científico y por ello empezaba por tener un cuestionario muy elaborado, una muestra de 375 individuos y un análisis exhaustivo de las variaciones de sexo, edad, niveles de estudios, ingresos, …

Creo (y lo digo con ánimo de construir) que para llegar donde ha llegado el estudio del que hablo no necesitaba muchas alforjas y casi ninguna de ellas me ha parecido muy científica.

Corrijo, que no quiero meterme donde no me llaman. Hablo de la parte de “estudio socio”, porque de urbanismo y participación no se mucho.

Me parece que el análisis sociológico, sobre el que el estudio quiere apoyar el análisis de las infraestructuras urbanísticas, es muy pobre.

Digo me “parece” porque no encuentro ninguna relación explícita posterior entre la estructura poblacional, las viviendas, los comercios, la viabilidad, …

Y digo “muy pobre” porque lo es la muestra, las condiciones en que esa muestra ha sido encuestada, porque posiblemente lo sea el propio cuestionario, que no aparece por ningún lado.

Puesto a ir un poco más lejos, ¡cómo echo en falta aquel “descubrimiento” nuestro de que no había una sola Otxarkoaga. Por lo menos había dos, y quizás más de dos. Puede que ya no sea así.

Me quedan dos serias preocupaciones:
La primera es ver a qué llaman “científico” nuestros analistas de hoy. (Si el nivel científico de los análisis sobre el suelo de Zorrozaurre es tal como éste, no compréis casa allí, aunque os llegue el dinero).

(Y todo esto no quiere decir que el análisis no nos ofrezca la realidad tal como es. No. Quiere decir que si lo hace, no es más que el sentido común el que ha acertado, y nos podríamos haber evitado tanto trabajo).

La segunda es la pregunta del millón: ¿quién controla los resultados de la inversión de nuestro dinero público? Claro que, hoy por hoy, preocuparse por esto a la vista de este estudio es como si nos preocupáramos de si el lobo que nos va a engullir tiene una uña desgastada.

Acabo. Se lo voy a consultar a Txutxi: ¿debemos exigir que quien nos vaya a citar, haya leído antes nuestro estudio?.

sábado, 21 de marzo de 2020

Progenie


Acabo de terminar “Progenie”, de Susana Martín Gijón. Y adelanto que no voy a decir de ella que es una novela redonda por tres razones: porque en la última parte se me ha hecho un pelín larga; porque, a veces, es excesivamente explícita en aclararle al lector cosas que él ya tenía claras por el desarrollo de la acción, y porque le he pillado en tres errores flagrantes, de los que no admitía a mis alumnos cuando mandaba hacer relatos: dos policías en el coche hablan mientras van al lugar de la investigación, uno de ellos es el que conduce y el otro el que aparca.
Los otros dos errores no os los cuento. Así, si leéis la novela, tenéis una distracción añadida.

Porque, aunque no haya sido una novela redonda, ya lo creo que merece la pena. Puritita novela negra, y buena. Se lee en un suspiro, el desarrollo de la acción va como una flecha, sin apenas respiro.
Además, algunos de los personajes “secundarios”, que van apareciendo al hilo de la búsqueda del asesino, son una “delicia”: ese marido de la poli rasa, la vecina que descubre el segundo cadáver, la impresionante recepcionista de la clínica, …

Ellos aparte, algún día (supongo) alguien hará un ensayo sobre la caracterización de la “nueva” detective que se va imponiendo en la novela negra española paso a paso (posiblemente de la manos de mujeres escritoras) “Liviana con el seguimiento de las normas, le cuesta obedecer las órdenes con las que no comulga y los convencionalismos impuestos por una sociedad de la que se siente ajena con demasiada frecuencia. Toma sus propias rutas, a menudo con atajos que la lleven a conseguir su objetivo, todo según su propia idea de la justicia y de la existencia. Lo cual le ha acarreado no pocos problemas, tanto en su profesión como en la vida”
Y también: mujer sin pareja fija, admiradora de un comisario que fue su mentor, de vida disipada fuera del trabajo, tenaz, astuta, con hombres a su cargo, bravucona, capaz de pasar muchas horas sin dormir y sin comer (por mucho que diga que le gusta comer bien), …

¿Está sugiriendo que alguien pudo matar a las mujeres que estamos investigando por el simple hecho de querer ser madres solteras?”  

Luego descubriremos que las cosas no son tan simples.

miércoles, 18 de marzo de 2020

#quedate en casa (y 2)

El ruido de las cazuelas no me ha dejado oir al monarca, pero mi imaginación, mi deseo y mi esperanza, definitivamente, no son buenas fuentes

#Quedate en casa


Esta noche –anuncian- el rey va a pronunciar un discurso que, por supuesto, será televisado. Nos va a dirigir un mensaje. Es tiempo de mensajes y discursos. De sermones – hubiéramos dicho no hace mucho tiempo.
Pero, esta vez no os lo perdáis. Me consta – de buenas fuentes – que va a anunciar su renuncia a toda – repito: TODA – herencia de su padre. Por coherencia con no se qué iluminación que ha tenido recientemente (lo del coronavirus no sabemos hasta dónde llegará, pero puede que, incluso, obre milagros.)
Y que lo va a hacer de forma retroactiva. Toma ya. Se acabó ser algo por ser hijo de tu padre (salvo, pobre de solemnidad). Se acabaron las dinastías. Al fin y al cabo – dicen que ha dicho- ¿qué significa renunciar a cien millones cuando uno tiene un reino?
Así que no os lo perdáis. Yo estaré al loro. Y si no es así, si nos echa otro sermón moralizante, no volveré a creer en mis “buenas fuentes”: la imaginación, el deseo y la esperanza.
De cualquier forma, como tengo que quedarme en casa.... No seré yo quien falle al lema del momento. 
Ya habréis visto, supongo, lo fácil que es respetarlo: haga usted sus negocios desde su amplio y aireado despacho (doméstico, o sea en casa), luego haga un poco de gimnasia en el jardín y, si el tiempo le acompaña, se da un baño, con la familia (que esa no es fuente de contagio) en la piscina. (Lástima que tenga que depender del tiempo. Si se hubiera usted animado a cubrirla…).
Una última cosa, que saldrán más y ahora tengo mucho tiempo para aburrirme (bueno, todavía no me he aburrido, pero, claro, es que a mí me da por teclear sacando punta a algunos asuntos – cuando lo que hay que hacer es aplaudir a nuestros héroes).
De todo aquel guirigay, que se montó al principio de las medidas, con lo que iban a perder nuestros escolares cerrando los centros ya sólo va quedando lo más “importante”: el asunto de la selectividad. La de cosas que podría enseñarnos esta situación referente a nuestros planes de enseñanza, madre mía!. La de repasos que podría provocar en los planes de estudio, en los programas y los currículos.
Pero, en este caso concreto: ¿no habrá por ahí “cuatro iluminados o iluminadas” que ayuden a comprender que lo que importa para llegar a la Uni y “hacer una carrera” es algo bien distinto de saber responder a las cuestiones que se plantean desde unos programas que se supone que se han estudiado en los cursos anteriores?.
Quede constancia aquí de que todos los días, a las 8 de la tarde, salgo a la ventana y aplaudo. Espero que el rey no tenga la ocurrencia de hablar a esa hora. Y en mi ventana os espero (lástima no tener un jardincito … para que se oigan mejor los aplausos).

viernes, 6 de marzo de 2020

Unos datos


Un par de apuntes, fríos y objetivos, para acompañar a la entrada, caliente y subjetiva de ayer:

Un par de apuntes que justifican un 8 de marzo en lucha para aquellas mujeres (y hombres) que no tienen campanilla que tocar, ni Bolsa que abrir:

2017 Salario anual medio, mediano y modal, según sexo, en Euros

Mujeres
Hombres
Salario medio bruto
20.607,85
26.391,84

Salario más frecuente
13.518,63
17.501,52
Fuente: Encuestas de Estructura Salarial. INE (Instituto Nacional de Estadística)

El cálculo de las diferencias lo hacéis vosotros, que así ejercitáis la calculadora, pero os adelanto que los hombres (los que trabajáis a sueldo) en el 2017 ganabais 400 euros más todos los meses. (Los de extra, 800).
La subgobernadora gana lo mismo que 8 mujeres a la vez.

Pensión media mensual de las altas iniciales de Jubilación según sexo. Datos en el mes de enero de 2020: (Datos de la Seguridad Social)
(O sea, la pensión media de los hombres y mujeres que acaban de empezar su jubilación hace apenas un mes)
Hombres:  1.485,09€          Mujeres:  1.213,21€.
¿Cuál será la pensión que le quede a la subgobernadora?.

Pensión media de jubilación (Sacado de “Pensiones desagregadas por sexo” (estudio de la UGT de enero del 2017):

Mujeres:  742,81€   Hombres: 1.191,19 €




jueves, 5 de marzo de 2020

Toque de campana en la Bolsa de Madrid



La Bolsa ha abierto hoy la sesión con un Toquede Campana por la Igualdad de Género que se celebra por tercer año consecutivo y en el que participan más de 80 mercados de todo el mundo. La iniciativa, organizada por BME y por la Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas, se enmarca en el movimiento internacional Ring the Bell for Gender Equality, que cuenta con el impulso de Sustainable Stock Exchanges y el Pacto Mundial de Naciones Unidas.
La subgobernadora del Banco de España ha sido la encargada de realizar el Toque de Campana. Junto a ella han estado la directora de Renta Variable de BME, y la directora ejecutiva de la Red Española del Pacto Mundial. El acto ha contado con la presencia del presidente de BME y a él han asistido cerca de 200 personas.


Y no hace falta que repita las palabras de la subgobernadora del Banco de España en semejante acto, tras tocar la campana.
No hace falta repetir aquí las posiciones del Banco de España ante las pensiones, los impuestos, el salario mínimo, la reforma laboral, …

Pero, sí es interesante este dato: “Todo indica que Delgado percibirá una retribución similar (a la del anterior subgobernador), aunque ligeramente superior debido a la subida salarial prevista en los Presupuestos Generales del Estado. Aplicada el alza del 1,5% inicial más otro 0,25%, Delgado podría recibir alrededor de 12.251 euros cada mes. Serán 24.503 euros en diciembre, gracias a la paga extraordinaria. Más los trienios de antigüedad por ser funcionaria del Estado.

O sea, 171.514 € anuales … + trienios + ¿dietas?...  + ¿prebendas del cargo? … (muchos puntos suspensivos, posiblemente.

Llevamos muchos años oyendo, y gritando que el día 8 de marzo es un día de lucha por la igualdad, la libertad y el empoderamiento de las mujeres. Me imagino a la subgobernadora, mientras toca la campanilla, manteniendo en su interior un soliloquio tal como:

Uyy! ¿Empoderarme yo? Yo ya estoy empoderada, pero a ver si va a cundir el ejemplo. No fastidies, esto es para cuatro, no para todas. Estaría bueno que todas tuviéramos poder sobre nosotras mismas. ¿A quién le iba a mandar yo? ¿A algún pobre desgraciadito (macho)?

Y bueno, ¿libertad? Si las demás, todas las demás ( y algún otro demás macho) se ponen en plan libre, igual quieren participar en la toma de decisiones, en las responsabilidades del mando, en el devenir diario de sus propias vidas,,, ¿Y en qué acabaría todo eso? No, no. La libertad sólo para quien se la merece y se lo trabaja: otras cuatro y yo.

Oh!!! y háblame de la igualdad: ¿iguales ellas que yo? o ¿igual yo que ellas? Hasta ahí podríamos llegar.

¡Qué bonita y qué bien suena esta campanilla! En la Bolsa de Madrid.
 

lunes, 2 de marzo de 2020

Casas y tumbas


Como otras veces me ha ocurrido con Bernardo Atxaga, “Casas y tumbas”, la última novela del reciente Premio Nacional de las Letras Españolas 2019, despertó en mí una expectación tal que se ha saltado la pila entera de novelas acumuladas y preparadas para ser leídas, hasta ponerse en primer lugar.
Seis episodios y un epílogo que, creo, realmente no tienen más en común que la presencia de un lugar geográfico llamado Ugarte y, quizás, el devenir de algunos de sus lugareños. Vidas separadas, dispersas, que en algún momento se entrecruzaron y algo parecido a la amistad que perdura a lo largo de muchos años. Y, creo, nada más.
Como siempre, la prosa de Atxaga es bonita, fácil de leer y de alta calidad. Como siempre me ha pasado con él, su relato, lo que allí ocurre (o no ocurre) no ha llegado a engancharme en ningún momento de la lectura.
Quizás se trate de una buena novela que necesita otro lector diferente, que no sea yo.
Pensé en dejar la novela allá por la página 40, (siguiendo mi costumbre), volví a pensarlo más tarde y la he acabado con la profunda sensación de haber malgastado mi tiempo, de que me equivoqué cuando la coloqué arriba del montón.
Pero, tengo mucho tiempo y, a pesar de ello, será imposible leer todo lo que mi ebook almacena, así que no pasa nada.