domingo, 30 de diciembre de 2012

Urte Berri On



Ya que no vamos a vencer nunca al tiempo, ni falta que nos hace, aliémonos con él.
Gora 2013
Mis mejores deseos.
Incluso para tal año

Nota.- Os invito a que leáis "¿La victoria del tiempo?". Lo acabo de incluir entre mis relatos.
También os advierto de que hay uno nuevo titulado "El lector insumiso" que no es otro que el que antes se titulaba "Con la soga al cuello" y que lo he trabajado un poco más. Por supuesto, he eliminado el que ya se ha quedado "viejo".

lunes, 24 de diciembre de 2012

zorionak eta urte berri on



Los 19 grados que marca el termómetro no hacen más que aumentar la sensación de “tiempo raro” que, cada vez más, invade a la Navidad. Por todas partes oigo “a ver si se pasa pronto”, “no me gustan las navidades”, “y encima este año con la que está cayendo”. Y la lotería no ha solucionado nada.
Pero, a pesar de todo, dejadme que os envíe mis mejores deseos para 2013:
Que sean más los momentos felices que los infelices;
que no os sintáis solos, aunque améis la soledad;
que haya en vuestros días más abrazos que rupturas;
que sean más los tiempos alegres que los tristes;
que ganéis mucho más de lo que perdáis;
que nos volvamos a encontrar para empezar el 2014.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Hasta siempre




Hoy es mi último día de este curso de subir a la Escuela. Hoy se acaba mi porcentaje de “trabajo” de este curso. Y éste es el último curso. Así que se acabó.
La próxima vez iré “de visita”.
Os dejo con vuestra ligera envidia y con dos textos:

El primero es de Georges Moustaki. Moustaki me ha acompañado mucho a lo largo de un montón de años, desde que yo era un jovenzuelo. Y estuvo en mis clases de francés y en la introducción a mi estudio sobre la Contracultura, y lo canté, lo silbé y hasta le dejé envolverme.
Moustaki canta a la libertad, al amor, a la muerte, al horror de la guerra, a la anarquía, al mestizaje, a la fusión de las personas, a la vida.

Et ne crains pas que je m’éloigne
Je t'emmènerai avec moi
Revoir les châteaux en Espagne
Que tu bâtissais autrefois.
Georges Moustaki (La jeune fille)

(Y no temas que me aleje.
Te llevaré conmigo
para volver a ver los castillos en el aire
que en otro tiempo construías)


El segundo texto es de Gabriel Celaya. Es una mala poesía. ¡Qué bien sienta leer poesía! ¡Y qué bien descubrir en los poetas, en los maestros, borrones, obras mal hechas! Pero, durante mucho tiempo he vivido, hemos vivido, mucho más pendientes del fondo que de la forma. Este poema de Celaya es sencillo y de un calado considerable. Al fin y al cabo, como él mismo diría, nos queda la palabra: para oírla y decirla, para pensarla y escribirla, para gritarla y quedarnos en silencia. Para acercarnos. Para soñar con barcos y con mar, para construirlos

Educar  (Gabriel Celaya)

Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca,
hay que medir, pensar, equilibrar,
y poner todo en marcha.

Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta,
y un kilo y medio de paciencia concentrada.

Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que esa barca, ese niño
irá muy lejos por el agua.

Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestro propio barco,
en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.



Hasta siempre

domingo, 9 de diciembre de 2012

De chirigotas

Un bonito comentario de Txutxi me hace abrir el blog, porque, a veces, los comentarios que hacéis los lectores se quedan escondidos.
Y me gustaría que lo leyeráis y que mi postcomentario no se quede más escondido aún.
En esa acumulación, tan concisa, de "disparates", se me olvidó mencionar lo que se convertirá, sin ninguna duda, en la madre de todas las chirigotas carnavalescas de Cádiz: el asunto del rey mago andaluz y su guitarra (que no mirra) en el portal de Belén, que ya no era una cuadra porque le faltaban los animales.
Tampoco está mal para desviar la atención del verdadero significado de lo que allí -dicen algunos- pasó.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Mentiras y más mentiras



A veces el cuerpo te pide escribir y a veces no. Esa es la explicación para haber dejado pasar tal cantidad de oportunidades. Esa y que los temas que ahora os enuncio han hecho correr tal cantidad de tinta (electrónica) que me ha parecido que sobraban las palabras.
Es posible que traten de anular nuestra capacidad de crítica y de respuesta a base de aburrirnos. Es muy posible que traten de desviar nuestra atención del verdadero problema de quién manda aquí, de qué sistema de dominación, más o menos oculta, nos tiene agarrados por los …
Lo que nos dejan ver (y sufrir): las continuas mentiras de Rajoy esta vez concretadas en el asunto de las pensiones, la “memez” de Báñez, la insolvencia, más o menos absoluta, de Guindos, los desatinos educacionales de Wert (siempre, no lo olvidemos, al servicio de alguien, más o menos oculto), extra sí o extra no (“dé Vd. la orden hoy, antes de que el Constitucional…”) la devolución de Hacienda al sr. expresidente de la CEOE, por si se había llevado poco, las prebendas (esta vez) del alcalde de Sabadell, el casi continuo desdecirse de los psoecialistas cuando hablan de su último mandato, … y aumenta el paro,… y la inflación.
Menos mal que ayer me dijeron que vamos por buen camino, que con el ejecutivo que vamos a inaugurar en unos días (sin crucifijo, Dios nos pille confesados) vamos a dejar de ser dependientes. Me aclararon que de Madrid, no de la Sra. Merkel (que era la que mandaba un ratito antes en la conversación). Y, además, va seguir siendo obligatorio (pero más obligatorio aún) el euskera, porque así –digo yo- la industria, la cultura, el saber, el teatro y el ballet, la buena literatura y el buen cine, etc. no estarán sometidos a esa lengua extranjera llamada español. Nos volverán a inflar de impuestos para la trikitrixa y el arrastre de bueyes.
Estoy muy cabreado, ¿se me nota?.
Será que todavía me queda una semana de ir al trabajo.
Por cierto, en medio de todo este maremágnum, me queda el ligero placer de haber descubierto que “Sra. Merkel” es una bella figura literaria, una hermosa metáfora, para ocultar al poder financiero-industrial-multinacional.
Claro que como muy bien dice en el Correo una tal Sylvia Nasar (a quien no tengo el gusto de haber leído), al preguntársele por el peso que le atribuye a "El capital", de un señor más conocido que se llamaba Marx (Karl): "Yo diría que no fue importante, que hizo perder el tiempo a muchísima gente".