lunes, 24 de diciembre de 2018

Que seáis felices



Como siempre: Acuarela de Pili; texto mío.

La novia gitana



Carmen Mola, seudónimo de alguien de quien, parece, poco más se sabe ha escrito una sola novela… de momento: “La novia gitana”, con la que ha obtenido un gran éxito, tanto como para que cuatro editoriales extranjeras quieran publicarla.
La sorpresa ha sido importante y, fruto de ella, los titulares de prensa que trascribo y suscribo, evitándome cualquier otra reseña personal:
“¡Poderosa, original y adictiva! Una nueva voz con un increíble potencial” Y la acercan a Pierre Lemaitre.
“Absorbente. De los thrillers más fascinantes y mejor escritos que haya iso en España en los últimos años…”
“Escalofriante y terriblemente ingeniosa. Nace un nuevo personaje en la escena policíaca: ¡Viva la maravillosa Elena Blanco!”.

lunes, 26 de noviembre de 2018

La mujer justa y Cara de pan



Sandor Marai escribe “La mujer justa” en forma de tres monólogos, unos para cada uno de los personajes centrales. A través de ellos va construyendo la historia de una relación ¿amorosa? (no estoy seguro de que haya amor en ninguna de las relaciones), la que mantiene el hombre con sus dos esposas.
A veces el texto parece un ensayo sicológico sobre casi cualquier tema que se os ocurra, sin que la acción se mueva. Y entonces me ha resultado interesante, sí, pero densa, complicada, farragosa y hasta aburrida.
Otras veces la poca acción y la reflexión sobre ella te coge y no te suelta hasta muchas páginas después.
Está muy bien escrita y, posiblemente, es una gran novela… de esas que tiene su momento, de esas que no puedes leer en cualquier fase de tu vida.
En lo poco que incide en lo social hay una aguda y crítica disección del hombre burgués, que resulta muy interesante.
Os dejo algunas perlitas:
Nosotras conocemos la esencia. Ellos conocen los conceptos. A menudo, ambas cosas no coinciden.”
“Ha intentado (el hombre) hacerse indiferente a los sentimientos mediante la razón, que es como intentar convencer con palabras y argumentos a un paquete de dinamita de que no explote.”
“A las personas les cuesta mucho hacerse a la idea de que no hay esperanza, de que están solas, letal y desesperadamente solas. Muy pocos soportan la idea de que no hay remedio para la soledad de la existencia”.
“Se avecina un mundo en el que todo el que sea bello será sospechoso. Y todo el que tenga talento. Y el que tenga carácter. ¿No lo comprende? La belleza será un insulto y el talento, una provocación. ¡Y el carácter, un atentado! Porque ahora llegan ellos, saldrán de todas partes cientos de millones de ellos. Y estarán por todas partes. Los deformes. Los faltos de talento. Los débiles de carácter. Y arrojarán vitriolo a la belleza, untarán con brea y calumnia el talento, apuñalarán el carácter en el corazón. Ya están aquí… y serán cada vez más.”.


Dejadme que empiece a escribir de "Cara de pan" citando a Carlos Zenón (Carlos Zanón en Babelia 29/09/18):


“Mientras andas atrapado en la telaraña de Sara Mesa, te preguntas cómo lo hace, de que está hecha la substancia esa que te adhiere a sus libros, ese alquitrán que te mancha mientras la lees y luego, horas y días después de cerrar el ejemplar. Con Cara de pan vuelve a suceder.
El argumento de Cara de pan son los encuentros, en un parque, entre dos pájaros con un ala rota: Casi -llamada Cara de pan-, una cría de 13 años que en vez de ir al Instituto, donde no se adapta, decide esconderse en ese parque, y Viejo, un cincuentón acicalado fascinado por la ornitología, y por Nina Simone, que un buen día aparece y se sienta a su lado”

En la novela muchos temas coleando:
- el acoso escolar;
- la Escuela: “Si seguía faltando, el tercer día como muy tarde llamarían a su casa para preguntar”. Se plantea Casi. Y continúa: “Siempre es así: los profesores persiguen a los alumnos para que vayan a clase, aunque en el fondo están deseando que falten para trabajar menos y estar más tranquilos”;
- la educación: Le han dicho que no se relacione con desconocidos, pero: “Si nunca se relacionara con desconocidos, piensa, no avanzaría. Un conocido ha sido previamente un desconocido, esto es así por fuerza: si fuéramos por la vida negándoles la palabra a quienes no conocemos, jamás conoceríamos a nadie”;
- los padres “buena gente” y despreocupados;
- la locura y el control social:“El Viejo tiene un padreabuelo y estuvo en un manicomio, tiene un pasado raro y oscuro, ha sido rechazado por una confabulación de policías de la mente que lo encerraron a la fuerza”;
- la relación entre el trabajo y la riqueza;
- la violencia contra la mujer: “Los hombres no pueden ser amigos de las niñas, le han dicho siempre, y aún más: es imposible que un viejo se haga amigo de una niña, El viejo engaña, tiene intenciones ocultas, intenciones sucias. Esto es lo natural, no lo contrario, y lo que se diga de este viejo en minúscula es también aplicable al Viejo en mayúscula, al Viejo concreto, a su Viejo”.

No os adelanto nada del final. Es una novela corta y se llega muy pronto a él. Si lo hiciera revelaría más de una cosa importante y os privaría del placer de seguir, con la mosca detrás de la oreja, el suspense que poco a poco va creciendo.
Sí os adelanto que en estos tiempos bien puede ser tratada de políticamente incorrecta. Claro que sólo por policías de la mente.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Creando espacios



Ayer asistí, muy a gusto, en Otxarkoaga a las “Primeras Jornadas: La ciudad son sus barrios”. Su principal objetivo era la presentación pública del proyecto “People´s Museum Diego Berguices”.
Comenzaron con una presentación sociológica de la relación entre los barrios y la ciudad. Le siguió una exposición de Eskena sobre las posibilidades del teatro como herramienta de acción social cooperante en la transformación de la realidad (en este caso el barrio de Otxarkoaga) en la que se implica. Y luego hubo dos exposiciones sobre la educación formal (en la escuela) y la “informal” (en la calle).
Cualquiera de las exposiciones podía haber sido el preámbulo de sendos seminarios sobre dichas temáticas. ¡qué digo: seminarios!, más bien para hacer un máster en cada una.
Pero, todo ello no era más que la introducción, el calentamiento para que nos presentaran su proyecto: se mezclaban las luchas de la clase obrera y la conciencia de barrio, junto a la vocación inequívoca de ampliarlas hacia el resto de las luchas liberadoras y a otros barrios hasta llegar a la ciudad y desbordarla (el “Gran Bilbao” no estuvo ausente.
Al margen del nombre que se le de, se trataría de crear un espacio en el que tuviera cabida la conciencia histórica de todas esas luchas y los documentos que la apoyan, y desde el que todas ellas encuentren apoyo para seguir adelante. Memoria del pasado con vocación de transformación del futuro.
En medio de todo ello un par de “¿locos?”, que, por lo que se vio y se escuchó ayer, ni están solos ni quieren estarlo.
Desde aquí mi apoyo incondicional y mis ánimos.


miércoles, 7 de noviembre de 2018

La tela de araña


Hace varios meses que me digo a mí mismo que “todo está ya dicho”, que cualquier cosa que escriba en este blog no es más que repetirme y repetir lo que determinada prensa publica ya sin ninguna cortapisa y con toda la claridad necesaria. Hace varios meses que mi blog sólo se alimenta de esas reseñas de novelas que dejan encendido un pequeño rescoldo de las ganas de escribir sobre tanta mentira, robo, engaño,…
Y hoy… Hoy todos los medios hablan de ese tema tan manido en la novela negra que es el de la justicia concebida como una tela de araña que atrapa a todos los insectos pequeños y a la que los grandes la rompen siempre.
¿Qué me dejan los grandes medios? ¿Hay algo que echo en falta en ellos? ¿”Está todo dicho”? La sentencia del Supremo es, sin duda,  la última (hasta ahora, que habrá más) exhibición de la araña. Ya ha conseguido lo que buscaba: la banca no tendrá que cargar con la restitución de lo que ha robado en los últimos cuatro años (ni en los anteriores, por supuesto) sólo en los impuestos de sus escrituras (ya sé que el nombre del impuesto es más complejo, pero la exactitud no es nada importante. Lo que sí es exacto es lo de “sus”, porque las escrituras son suyas, de la banca. Lo que es demostrado por el hecho de tener que pagárselas al banco si uno las quiere tener en propiedad cuando ha terminado de pagar el crédito o si uno las necesita para una venta. Pero, esto tampoco lo tengo muy claro, así que cualquiera de vosotros puede enmendarme la plana. No cambia nada sustancial).
Cierro el paréntesis y voy a lo que sí echo en falta. No he visto ninguna “traducción humana” de las grandes cifras que se han barajado. Tengo para mí que, en cuanto empiezan a hablarnos, de cantidades que exceden con mucho las que nos son habituales, nos aturrullan, cerramos la razón y la imaginación y nos entra una especie de parálisis cuya solución dejamos para los especialistas. Así que ahí va una pequeña e interesada traducción de las grandes cifras a “números humanos”.
Si restituir el dinero robado (lo demás son eufemismos) le iba a costar a la banca cinco mil millones de euros (eso dijo la ministra de Hacienda) y la cantidad media a devolver por cada hipoteca era de dos mil quinientos euros, resulta que los estafados son los clientes que han firmado nada menos que dos millones de hipotecas.
Si esto ha ocurrido en cuatro años, cada año la banca española ha robado a los clientes que han firmado quinientas mil  hipotecas (¡ay ese pobre ladronzuelo al que le piden cuatro años de cárcel por hacer robado un bocadillo!). No nos despistemos: casi mil cuatrocientos al día.
Y si en cada hipoteca, por experiencia, sabemos que suele haber implicados más de un ciudadano, si ponemos que son dos, cada día, la banca española ha robado a dos mil ochocientos ciudadanas y ciudadanos (no sea que ahora me vengan con tonterías que despistan el asunto). Léase despacio lo que sigue: la banca española ha robado a dos mil ochocientos ciudadanas y ciudadanos, un día sí y otro también, incluyendo los domingos y festivos, durante los últimos cuatro años.
Y los años anteriores, también.
Y si alguien resuelve el problema de la sentencia con una ley más clara (la ley siempre es oscura para que quepan interpretaciones), pero dice que no puede tocar lo que ya está hecho, que sepa que los grandes han roto la tela de araña por donde han querido. Ya se encargarán de no correr ellos con los gastos que se originen a partir de ahora.
No dejéis, por favor, de leer novela negra.

Don de lenguas


“Don de lenguas” es una novela curiosa, porque se trata de novela negra ambientada en Barcelona en los años 50, porque la solución del caso viene de la mano de una filóloga en compañía de una periodista de sociedad (bodas, bautizos, puestas de largo, y otros eventos sociales) y porque está escrita por dos autoras: Rosa Ribas y Sabine Hofmann.
Es una novela ágil, que mantiene la tensión y se lee con mucha facilidad, aunque no creo que llegue a crear “adición”.
Es la primera de una trilogía, de la que dicen que la segunda es la mejor. Pero no pienso llegar hasta la segunda (de momento).
Ésta se lee muy bien, es de esas novelas que te sirven para descansar o para acompañar a ese “pasar el rato sin complicaciones”… con tal de que uno no se haga mala sangre por cómo fue aquella dictadura, que, en buena parte, nos tocó vivir.

lunes, 29 de octubre de 2018

El origen del mal


Viene de lejos mi admiración por las novelas de José Carlos Somoza. Siempre son “distintas”, siempre hay un componente narrativo que las diferencia de las que podemos llamar “normales”.

La penúltima de ellas (“Croatoan”) me había decepcionado, pero no lo suficiente como para no estar atento a lo que pudiera escribir. La última de todas ellas ha sido “El origen del mal”

Es una “novela matrioshka”. Como las muñecas, una novela encierra y oculta otra, y ésa otra más. Las tres se solapan a veces, se completan, se explican, se interrelacionan y cuando una de ellas deja verse al trasluz en otra, en ese momento el lector se sorprende, se intriga y sigue adelante con la lectura, porque allí debe haber “algo más” de lo que está leyendo.

Y es que el origen del mal no es fácil de descubrir, hace falta ir retirando muchas capas que lo velan.

“Miedo y odio son el origen del mal. Miedo y odio a lo extraño, a lo ajeno, a lo que no somos nosotros. Pero se trata sólo de oscuridad.
Y la oscuridad es pequeña en comparación con la luz de las palabras”.

Las dos primeras “novelas-muñecas” tienen un límite bien definido por la muerte. La última deja asomar a la vida.

“El origen del mal” es una novela que engancha, que se lee de corrida en pos del enigma (los enigmas) que se abre desde el principio, es una novela ágil y ligera, pero de una gran profundidad.

Y varias perlas para pensar:

Nada te hace más verdugo que sentirte víctima”.

“- Hay un extremo que es bueno – repliqué
- Es siempre el extremo donde está quien dice eso”

“Dime, ¿qué partido de este país admitiría que no lucha por la justicia social, la libertad o la dignidad? La gente honrada cree en todo eso, pero los listos de uno y otro bando les convencen de que esos ideales son prerrogativa de unos pocos.”

miércoles, 3 de octubre de 2018

El rey recibe


Al terminar de leer “El rey recibe” me miré en el espejo y vi que se me había quedado cara de tonto. Luego, miré un poco más adentro y descubrí que rebosaba la sensación de que me habían tomado el pelo,
Y eso que el principio de la novela no pudo ser más prometedor. Yo he disfrutado muchísimo (me he reído en voz alta) leyendo algunas cosas de Eduardo Mendoza. Y ésta prometía. Mucho.
Las primeras páginas eran frescas, irónicas, con esa mala leche inteligente que él atesora en varias de sus novelas. Y yo me las prometía felices.
Luego se fue desinflando, luego me fue mosqueando, después cabreando y, al final, me ha dejado esa sensación que decía al principio: Eduardo, me has tomado el pelo. Ni aun pensando que esta es la primera entrega de una trilogía y que, por tanto, algunas historias empezadas continuarán, ni aún así, merecía la pena el tiempo perdido.
Tenía recogidos algunos trozos buenos de verdad para escribirlos aquí, pero no lo voy a hacer, el conjunto del relato no merece que le dedique ni un solo minuto más.

sábado, 29 de septiembre de 2018

No acaba la noche y La investigación

Este último mes ha estado cargado de sol, playa y mar, además de las noticias de todos los días que ya conocéis.
También alguna lectura. Así que dejo constancia de que he abandonado en la página "40" "Habana réquiem" de Vladimir Hernández y de que sí he llegado al final de "La investigación" y "No acaba la noche".

“No acaba la noche” es la primera novela de Cristina Fallaras (2006). Ágil, bien escrita, de fácil lectura, aunque el ambiente en el que discurre el relato me resulta vitalmente tan extraño, que podría estar situado en cualquier lugar del mundo o de la galaxia. Sólo el asunto de la pornografía infantil lo ata a algo que me suena cercano.
Las mujeres, posiblemente, se sentirán más  implicadas en la novela: un catálogo de mujeres, independientes, cultas e inteligentes, se desmorona sacando a la superficie dos tipos de mujer: la que sigue dependiendo de un hombre o de los hombres y las que son cómplices de esa dominación o la repiten desde sus propias circunstancias.
La novela tampoco dejará indiferentes a los periodistas investigadores.
Casi con seguridad el mal sabor de boca que deja lo narrado será común para la mayoría de los lectores.




“La Investigación”, de Philippe Claudel es una novela bella por su escritura, de lectura fácil, ágil y amena.
Es, más que otra cosa, una novela enigmática. Con varias posibles lecturas e interpretaciones, exige una lectura más profunda, sosegada e intensa que la que yo acabo de realizar en este ambiente aún de fin de verano, entre el mar, la playa y el sol en un Benidorm, que es, en sí mismo, toda una novela negra.
“La investigación”, si la leéis, no os defraudará. Más aún, si os dejáis llevar por su prosa, casi con seguridad se os hará más de un nudo en la garganta y más de una interrogación en la cabeza.
“Aquella situación no tenía el menor sentido”.
“La vida real no puede desorientarte de ese modo ni poner en tu camino a personajes tan inquietantes como los que desde el día anterior se divertían jugando con él, matándolo de hambre, mortificándolo, haciéndolo esperar, desmoralizándolo, atemorizándolo… Aunque… <<¿Aunque qué?>>, empezó a preguntarse. La vida real, que siempre le había parecido una sucesión monótona y agradablemente aburrida de repeticiones, mostraba quizá, bajo cierta luz o en determinadas condiciones, aspectos insospechados, angustiosos, incluso trgágicos.” Mi perplejidad mientras leía no era menor a la del protagonista de la historia. Un protagonista que llegaba a decir: “Esto no es la realidad. Estoy en una novela, o en un sueño, y encima ni siquiera es uno de los míos, sino el de otra persona, alguien retorcido, perverso, que se divierte a mi costa”.
Y casi para acabar, esta reflexión del Investigador, que me ha dejado “con el culo al aire”:
“A menudo tratamos de comprender lo que se nos escapa con los términos y los conceptos que nos son propios. Desde que se distinguió del resto de las especies, el hombre no ha dejado de medir el universo y las leyes que lo rigen con la vara de su mente y las imágenes creadas por ella, sin percatarse de las limitaciones de su enfoque. Y, sin embargo, sabe perfectamente que un colador no es un buen recipiente para el agua. Entonces, ¿por qué persiste en engañarse creyendo que su mente puede captarlo y comprenderlo todo? ¿Por qué no acepta, por el contrario, que su intelecto es un vulgar colador, es decir, un utensilio que presta innegables servicios en determinadas circunstancias, para acciones concretas y en situaciones dadas, pero que es inútil en muchas otras, porque no está  hecho para eso, porque está agujereado, porque innumerables elementos lo atraviesan sin que ni siquiera consiga retenerlos para observarlos, aunque sea unos instantes?”

lunes, 27 de agosto de 2018

Ultimas novelas


Recopilo las últimas lecturas de este mes de agosto. No voy a tardar mucho, porque salvo dejar constancia de lo leído, poco merece la pena detenerse siquiera en ello. Pero, al menos, que lo sepáis.
No tardé mucho en abandonar la idea de leer a “los de Bilbao”. Cuarenta páginas de “Una de del oeste” de Abásolo (todavía en Bilbao) fueron suficientes para desecharla. Otro tanto ocurrió con “Sindy la colegiala” (primer título de la serie Bellón) de Julián Ibáñez y con “No más miedo” de Erika Jong (por el morbo que me producía saber qué había sido de aquella mujer que escribió el famoso “Miedo a volar”).
Luego llegó el turno de “Verano en rojo” de Berna González Harbour, que tan buen sabor de boca me había dejado con su “Los ciervos llegan sin avisar”. Pero, esta vez, aunque la técnica que utiliza y la adición que provoca su lectura es casi tan interesante como las de “Los ciervos…” (podéis verlo en mi blog del 20 de abril), esta vez, decía, me cuesta mucho creer esos conventos, esos frailes… Diría que son una mala caricatura y que poco favor hacen al análisis (aunque sea novelístico) de la pederastia en la iglesia.
Por último, acabo de leer “Vengaré tu muerte” de Carmen Riera. Nada que ver (o muy poco) como aquella “Naturaleza casi muerta”, que me llevó hasta ella. Es una mala novela, muy sosota, es como si demasiadas veces a lo largo del relato, que no consigue engancharte, nos estuviera pidiendo que no nos tomáramos en serio nada de lo que leemos.
Y eso es todo. A ver si tengo un poco más de suerte con lo que empiece a caer a partir de ahora.

lunes, 13 de agosto de 2018

Hasta salen ecologistas


Domingo. Tarde soleada y calurosa, aunque ya a esta hora ha bajado la temperatura porque se ha levantado el Norte y el sol ha desaparecido más allá de la iglesia y del montículo en que se posa.
Los inquilinos de fin de semana ya han marchado y quedamos sólo unos pocos. Me siento delante de casa a hacer un sudoku en la más absoluta de las quietudes y del silencio.
Un vecino ha tenido una idea parecida y se sienta “a la fresca” delante de su casa, muy próxima a la mía. Intercambiamos un par de comentarios amables sobre la jornada que acaba y sobre las fiestas de la próxima. Y, después, cada uno a lo suyo, cada uno con su móvil.
No han pasado diez minutos cuando por el fondo del callejón aparece una familia (padre, madre, hija en el comienzo de la adolescencia, e hijo de 8 años), llegada desde Cantabria para recordar viejos tiempos y saludar a los habitantes que otrora conocieron.
De entrada confunden a mi vecino con su hermano, pero no dudan en quedarse con él para recordar aquellas viejas anécdotas, de las que la madre y los hijos parecen participar por primera vez.
No hace falta silencio para hacer sudokus.
Luego el niño descubre que mi perra tiene una pelota en la boca y se la está acercando para que juegue con ella a tirársela. El niño no sabe, ni tiene por qué caber, que mi perra lo hace con todos e insiste en cuanto ve una pequeña falla en el posible lanzador. Así que el niño se la lanza una y otra vez, mientras trata de convencer a sus padres de que le regalen un perro porque “yo sí que voy a saber educarle. Mirad cómo me la da a la mano. No como fulanito, que tiene un perro y cuando le tira la pelota no se la trae a la mano”.
Mi pobre perra, que aunque esté muy educada, no sabe lo que es acabar de correr tras la pelota, jadea. Y se lo tengo que explicar al niño para que la deje descansar un poco.
Momento que la chica aprovecha para fijarse en otra perra, tumbada por allí y ¡qué magnífica escena de teatro se perdió por la ausencia de un dramaturgo inteligente!:
-La hija: Mira, esa perra sí que es bonita.
- El padre: Sí, pero esa es una perra de caza.
- El niño: ¿Para qué quiere un cazador una perra?
- El padre: “El perro levanta la pieza y el cazador la tumba”
- La madre (intentando poner un poco de cordura en el asombro incrédulo de su hijo): No te preocupes. Ya lo entenderás cuando seas mayor. Ahora en un poco difícil”
- El padre: O no lo entenderá. Ahora los niños salen hasta ecologistas”
“Salen hasta ecologistas”. Hermosa frase para enmarcar. No me digáis que no. Ojo, educadores, dentro de un mes os van a llegar a la escuela niños que hasta salen ecologistas. No lo permitáis, por favor. No defraudéis a sus padres.

viernes, 3 de agosto de 2018

El refugio de los canallas

Antes de leer “El refugio de los canallas”, conocía de su autor algunas pequeñas cosas escritas en el periódico. Y no me hacía ninguna gracia.
Para estropearlo más, la novela se vendía con una recomendación de F. Aramburu, que me gusta menos.
Y pocos días antes de terminar mi lectura anterior, mi recelo se tropezó con la noticia de que la novela había ganado el premio Dashiell Hammett a la mejor novela negra escrita en español, un premio al que también optaban como finalistas Diego Amexeiras, Berna González Harbour, Alicia Giménez Bartlet, o Juan Madrid.
Así que la balanza se inclinó a continuar con mi proyecto veraniego de leer a gente de “aquí”.

En la página 30 me estaba preguntando si no era hora de acabar con el proyecto. Pero, seguí.
Y acerté.

Ésta es una novela muy bien escrita, con algunas páginas de muy bella factura literaria, con personajes muy bien retratados, a los que el lector casi los ve presentes, con esa especie de “deconstrucción” del tiempo, esos saltos en la cronología, que parecen tan de moda, pero que aquí aumentan el ritmo de la narración y acentúan las intenciones del autor, agilizando su lectura.

Es, creo, una buena, buena novela.
Y no me atrevo a calificarla de “muy buena” porque el final casi lo sabemos ya desde el principio, porque al tratarse de una parte reciente de nuestra historia, aunque hecha ficción, le falta un poco de intriga.

Bas ha dicho que "El refugio de los canallas" es su "mejor novela" o "su libro menos malo" y se basa en la historia de ETA desde los años 50 del siglo pasado hasta el 2015.
"Estoy contento de la estructura. Me dio mucho trabajo. Son saltos en el tiempo adelante y atrás, capítulo a capítulo, entre 1942 y 2015. Escogí esta fórmula porque me pareció que esta historia debía contarse así, que era la manera de dar al lector una visión poliédrica y la información completa de por qué actúan los personajes del modo que lo hacen y cómo son por cómo fueron y de dónde vienen", ha explicado el autor en una entrevista a Europa Press.

Pero, no podemos desentendernos de lo que cuenta. No es una historia cualquiera, mejor o peor entramada. Como cualquier contador de historias (político, historiador o novelista) Juan Bas toma partido en los hechos. Como cualquier narración histórica (aunque sea novelada), toma partido en la historia que cuenta.
"Es una historia endogámica, mediocre, pero llena de crueldad y estupidez, sobre el odio que termina destruyendo la vida de dos generaciones", ha dicho Bas.

Y, además, ésta es una novela para hablar, más desde ella, creo, que sobre ella. No va a dejar frío al personal, supongo. Y, si no lo es ya, pienso que se convertirá pronto en lectura obligada en los “comideros” del “mundillo intelectual vasco”.

A mí me gustaría decir tres cosas:

Primero, que Juan Bas tiene mucho empeño en dejar clara su postura, su tesis, tanto como para que el más clarividente (¿y único?) de sus personajes, desde su cinismo casi absoluto diga:
“El guardia civil y el etarra eran dos fascistas de libro, de los que piensan que las patrias existen y que valen el precio de morir y matar por ellas. Ambos, estúpidos y despreciables.
“El patriotismo es el último refugio de los canallas”, escribió el certero doctor Johnson”
Por si acaso, que no nos quede ninguna duda, no sea que alguien no se entere bien.

En segundo lugar diré que me ha resultado, como historia, un mundo excesivamente “cerrado”, endogámico. No he conseguido saber si la novela tiene o no una cierta pretensión de universalizar: “esto, y sólo esto, es lo que ha habido en la historia de ETA y los GAL”. Pero si tuviera esa pretensión, me resultaría excesiva. Y, si no la tiene, me gustaría resaltar que la historia de ETA (y la de los GAL) no puede reducirse a lo aquí contado.

Y, por último, dejar claro que la historia contada (y, supongo, la vivida) es oprimente, desasosegante, vomitiva. Hasta donde alcanza mi recuerdo de la lectura sólo uno de los personajes se “salva”, de alguna manera se queda al margen (si ello es posible): la hermana de uno de los terroristas. En rara, muy rara, coincidencia con “Patria” de F. Aramburu (que tan poco me gustó).

Deberíais leerla.

sábado, 21 de julio de 2018

Otras dos de "Bilbao"



Me ocurre, y estoy seguro de no tener ninguna exclusividad, que a lo largo del curso (como si aún hubiera cursos) voy dejando pasar novelas de esas ante las que dices: “qué curioso, debería leerla”. Pero las vas dejando para “luego”, para cuando haya terminado ésta que estoy leyendo y esa otra que está la primera del montón”.
Y mañana, decía la canción, es nunca.
Pero este verano no va a ser así. Este verano voy a meterme con unas cuantas de esas “curiosidades” (y si sigue lloviendo con más de cuatro).
Entre las curiosidades almacenadas están varias novelas “negras” que trascurren en Bilbao o sus alrededores. Cada vez hay más. Escritas por gente “de aquí”.  Ojo al dato: cuando en el “exterior” me preguntan de dónde soy, la respuesta es: “de Bilbao”. Cuando me lo preguntan en el “interior” yo soy de Sestao. Pues no faltaba más.
Mientras hacía la lista, se aupó a primer término la novela de Lola, esa mujer de la que ya he hablado en otra entrada anterior, con la que compartí algún momento de taller de escritura y algunos relatos que nos intercambiábamos.
“Melocotones de viña” de Lola López de Lacalle no es una historia del tipo de las que yo suelo leer. De no ser por su autora, yo nunca la hubiera leído. Lo cual no obsta para empezar diciendo que me ha gustado, que la he leído de manera atenta y agradable, fácil, amena.
El juego narrativo de completar la historia a base de que la cuenten, sin repetirse más allá de lo necesario para situarnos, sus diferentes protagonistas me ha parecido un ejercicio literario muy interesante.
Lo mismo que la adjetivación, la presencia de comparaciones y metáforas (aunque alguna de ellas excesivamente trivial), el amor que “la narradora” destila por algunos de sus protagonistas (sin ocultarse en esa siempre falsa pretensión de neutralidad imparcial), ciertas presencias de secundarios muy bien aprovechada para dar matices a la historia central,…
La historia de Paulina y Pilar, sin ningún tipo de concesión sentimental a los buenos deseos del lector, me ha resultado fluida, me ha interesado y me ha dejado muy buen sabor de boca.
Si hay que ponerle un pero (no sé por qué habría que hacerlo) quizás es una historia demasiado “redonda”, en la que todo se llega a comprender y, como un puzle bien construido, no deja ni agujeros ni rebordes que se escapen del rectángulo final.
Supongo que ésta no será más que la primera de las novelas de Lola publicadas. Lo espero con cariño.

Javier Sagastiberri es de procedencia guipuzcoana, pero está afincado en Bilbao. Su primera novela (ya ha escrito por lo menos otras dos) llevaba por título “El asesino de reinas”.
Veamos: el Athletic, Bilbao y sus alrededores, dos ertzainas giputxis, crímenes, un poco de morbo, poca literatura, el Athletic, psicología de andar por casa, personajes lineales, mucho internet,  el Athletic.
Mucha filosofía barata y muy poca enjundia en una novela que nunca recomendaré.

lunes, 16 de julio de 2018

Entre la subida de la pensión e Iberdrola


Ya le han puesto fecha. Ya sabemos qué día vamos a cobrar los atrasos de la pensión de todo este año. Ya sabemos que a partir del mes de julio la pensión nos sube. Cuánto hace mucho que lo tengo calculado: unos 17 euros netos al mes (una barbaridad para lo que les va a ocurrir a la mayoría de los jubilados).
Ya me estaba yo calentando: ¿cambiar de coche?; ¿renovar algunos elementos de la casa?; ¿un viaje?;…
Pero, resulta que también Iberdrola ha hecho cálculos. Como muchos de vosotros, pago una cuota fija al mes que se revisa cada cierto tiempo y se recalcula para los meses siguientes. Pues lo han hecho y les ha dado que tengo que empezar a pagar al mes aproximadamente lo mismo que van a subir los ingresos de mi pensión.
Me he quedado más frío que el tiempo que está haciendo por aquí (ahora mismo llueve y el terreno embarrado es más propio de otras épocas del año o de otras latitudes, que de un mes de julio en Castilla).
Si yo tuviera ganas miraría cómo han ido los consumos. A ver si me han subido la cuota porque me he puesto a consumir como un auténtico derrochador. Pero, ¿para qué voy a andar sacando ganas? Si me va a dar lo mismo.
Hay consumos (de esos que andan todos los días diciéndonos que se puede ahorrar: agua, luz, gasolina, …) a los que no ponemos mucha atención porque, por mucho que digan un par de “enteradillos”, son prácticamente imposibles de controlar. Son opacos, inapreciables a primera vista (¿cuántos aparatos tienes ahora en casa con el pilotito encendido, mientras tú ni paras en ella?; y ¿ese calentador, frigo,… que dejas encendido cuando te vas de vacaciones?;…).
Hay consumos cuyo control es cosa de chiflados. O de gente a la que no le suben la pensión lo suficiente.
Hay ingresos que tardamos un par de minutos y cuatro neuronas en recalcular.
Disfrutad del verano, si podéis ver el verano o si os gusta la lluvia cuando no hace frío. Porque lo que es aquí…

miércoles, 27 de junio de 2018

La ciudad de la lluvia


Después de una mañana de piscina la tarde se ha metido en lluvia. Así que la climatología me ayuda a no llegar tarde en el comentario de “La ciudad de la lluvia” de Alfonso Del Río (o sea, antes de que ya no leáis mi blog porque se ha acabado el curso y antes de que hayáis cerrado el cupo de vuestras lecturas de verano). Porque ésta es una novela de verano. En el mejor y en el peor de los sentidos.
Si no os ponéis en plan muy exigente, si no te importa que haya cientos de detalles que nada aportan al discurrir de la narración y la alargan innecesariamente…
Si no os importa que esté plagada de ingenuidades, de “lugares comunes” e incluso con algún “disparate” narrativo, …

Si no os molesta que sea un popurrí de géneros: romántico, de aventuras, histórico, de espías, policíaco (que no negro), cómico, astracano, …
Si no sois exigentes con el principio de verosimilitud, ese que dice que las cosas que se cuentan en una novela no tienen por qué ser reales, pero deben ser verosímiles (posibles) ….
Si os conformáis con que el autor sea bilbaíno, con que la acción nos lleve por las calles (y las inundaciones) del Bilbao de 1983, con que uno de los personajes protagonistas sea un futbolista del Athletic,…
Si os olvidáis un rato del lector crítico que lleváis dentro, … podéis pasar un rato agradable, o sea, perder el tiempo de forma amable. Y, de paso, recordad que el tiempo, el que tenemos cada uno, nunca se gana, siempre se va perdiendo.
Bueno, que leer esta novela puede ser tan agradable como comerse una hamburguesa en un mcdonald, una pizza en algún chiringuito de la costa o beberse una cerveza en la sombra de una terraza al sol.
Y recordad cuando el tabaco estaba presente por doquier, incluso en un autobús abarrotado o en la consulta de un médico.
Os dejo, eso sí, una perlilla, para que no todo sea ligero:
“- El fútbol – dice el futbolista – aúna el sacrificio del deporte, la estrategia de una batalla y la nobleza de una…
- Alguien debería recordarte que solo eres un tío que se pone en calzoncillos para pegar patadas a un balón, muchacho”.

jueves, 21 de junio de 2018

Suite francesa


Irène Némirovsky escribe Suite Francesa en 1943, poco antes de morir (parece porque el escrito aparece en una maleta suya recuperada años más tarde). Muere en Auswitz, en el campo de concentración al que le llevan por su condición de judía.
La obra iba a constar de cinco partes y sólo llegó a escribir dos de ellas.
La primera hubiera sido suficiente para que mereciera la pena leerla.
Con una ironía sutil a veces, o con palabras directas y duras, otras veces, con un amplio dominio de la psicología humana, en medio de unas descripciones del medio ambiente escritas con gran belleza, Irène Némirovsky no deja títere con cabeza entre los franceses: sean de la ciudad o del campo, de las clases altas o de las bajas, son presentados como unos simples, ridículos, individualistas, amorales o directamente inmorales, clasistas.
Es eso lo que le hace decir a uno de sus personajes:
“Cada clase social debía llevar algún signo distintivo que evitara los malentendidos, como cada artículo lleva su precio en una tienda”
Y a otro:
“¡Con lo que yo he visto, Dios mío! Puertas cerradas a las que se llamaba en vano para pedir un vaso de agua, refugiados saqueando casas,… Y en todas partes, en lo más alto y lo más bajo, el caos, la cobardía, la vanidad, la ignorancia… ¡Ah, qué grandes somos!”
Irène Némirovsky dejó algunos apuntes de lo que quería escribir. En ellos opina así de otro de sus personajes
“Corte era uno de esos escritores cuya utilidad se puso de manifiesto de forma espectacular en los años que siguieron a la derrota. No tenía igual a la hora de encontrar fórmulas decentes para adornar las realidades desagradables. Ejemplo: el ejército francés no ha retrocedido, se ha replegado. Besar las botas de los alemanes es tener sentido de la realidad. Tener espíritu comunitario significa acaparar productos para el uso exclusivo de unos cuantos”.
Novela muy agradable, sobre todo en su primera parte que se lee muy fácil.

miércoles, 20 de junio de 2018

Lola


Esta semana he comprado un libro. En una librería. En papel. La culpa la ha tenido Lola López de la Calle, que ha escrito una novela: “Melocotones de viña”. La compra ha sido un pequeño homenaje a ella y a la posibilidad de que alguien llegue a novelista.
Conocí a Lola y sus casi primeros escritos (que yo sepa) hace una porrada de años cuando ambos empezábamos a frecuentar un taller de escritura. Durante algún tiempo formamos parte de un pequeño grupo al que llamábamos “kedada literaria”, que de vez en cuando – cada vez más de vez en cuando- nos reuníamos a tomar una cerveza y leernos algo de lo último que habíamos escrito.
Yo sabía que ella (y alguna otra más) había seguido en el empeño de mejorar su forma de escribir y en el de llegar a publicar algún día. Yo lo dejé en el momento en que descubrí que escribir era muy duro, excesivamente costoso y me quedé en esta especie de sucedáneo que es el blog.
Cuando lea la novela la comentaré aquí, claro. Pero hoy eso no es lo más importante. Poco a poco me he ido haciendo una idea de lo que significaba escribir una novela. Para hacerlo uno necesita primero tener una buena historia y luego paciencia, perseverancia y disciplina.
Para escribir una buena novela, además, se necesita “chispa”: imaginación, dominio del lenguaje, inspiración.
Para convertirte en novelista, es necesario que alguien te la edite. Y eso ya no depende de ti.
Me alegro de que todo esto le haya podido pasar a Lola. Y espero alegrarme un día por haber leído su novela. Pero eso será en otra entrada.

miércoles, 6 de junio de 2018

Binti, La tentación del perdón, y La vegetariana

Voy dejando de un día para otro hacer un pequeño recuento de lo último que he leído Así que ahí va: “La vegetariana” de la coreana Han Kang, “Binti” de  Nnedi Okorafor,  escritora estadounidense de origen nigeriano , y “La tentación del perdón” de Donna Leon, que no necesita presentación en este blog.
Las tres novelas tienen en común el hecho de estar escritas por mujeres. Dos de ellas tienen una temática común: la búsqueda de la libertad por parte de una mujer y la reacción que provoca en su mundo, un mundo que debe reaccionar ante lo distinto.
Nada más en común.
Con la novela de Donna Leon no he podido. Me he esforzado. He llegado a la página 100, pero me estaba comiendo el aburrimiento. Hasta esa página es sosa, muy sosa. No ocurre nada (o casi) que saque de su rutina a Brunetti, no hay ninguna belleza en su escritura simple, ningún suspense, ninguna (o casi) crítica,…
Binti es una “novelita” muy corta o un cuento muy largo. Pero había leído un par de referencias de Nnedi Okorafor que la situaban en la cumbre de la ciencia ficción actual y esta novela tenía un premio Hugo  y un Nébula (que son de los más importantes en ciencia ficción). Hacía mucho tiempo que yo no tocaba ese “palo” y me apetecía.
Si la leéis, no vais a perder el tiempo. Tampoco os va a aportar nada especial. Yo buscaré alguna otra cosa de esta autora porque lo que sí ha hecho es abrirme el apetito.
Y, por último, “La vegetariana” . Extraña, bella, impactante, inquietante. Esta sí que merece la pena.






viernes, 25 de mayo de 2018

Tarde de tormentas


Menos mal que las nefastas temporadas del Bilbao Basket y del Athleti han tenido la dudosa habilidad de haber hecho que la temporada haya terminado un mes antes (casi).
Gracias a ello han liberado nuestro interés, el tiempo y las conversiones, necesarios para poder hacer frente a semejante aluvión de asuntos como nos han apabullado estos últimos (muy pocos) días.
Ved, si no:
Torra, Turull y compañía; las pensiones y sus manifestantes; los presupuestos del Gobierno; el PNV, los presupuestos generales y +/- el 155; el chalet vivienda habitual de los que sí podemos; las manifestaciones de viejos y  las huelgas de enseñantes (algunos educadores); las lluvias torrenciales y las tormentas; la “nueva” nacionalidad vasca; la Gürtel y su sentencia; el 155 (sin el PNV, solo); el verano y las vacaciones que ya están ahí;… para acabar (hoy mismo) en la moción de censura.
No sé cómo habéis podido soportar tal avalancha y, al mismo tiempo, seguir con vuestras obligaciones diarias. ¿Cómo se puede sobrellevar esta dosis sin estar jubilado?
A mí sólo me ha dado tiempo a hacerme preguntas (y quizás a arrepentirme de alguna decisión tomada antes de que me llegara el conocimiento). Preguntas como éstas:
Cada uno gasta su dinero en lo que quiere-puede, así que en cuanto tengáis un rato libre vais y os compráis un chalet. Con piscina, claro. Pregunta: ¿cuáles son las dimensiones idóneas para que mis hijos disfruten de ella, aprendan a nadar y no corran riesgos innecesarios de ahogamiento? Que no os llega vuestro ahorro… entonces la pregunta es: ¿estáis trabajando en el lugar adecuado? O ¿os pagan lo que os merecéis?
El PNV ha dejado en paso la mayor, ha perdido el envite a chica, pero ¿qué llevará de pares? Y ¿de juego? Sin olvidar, que son mano siempre.
Ya sabemos, desde que leemos “noir” (que ahora se dice así), que la justicia es esa tela de araña a la que no se le escapan los pequeños. Así que los que han caído eran los pequeños porque no se le han escapado (aún, que su tamaño es hermosito). Pregunta: ¿quiénes son los grandes? Y, si sabes la respuesta, ¿dónde se esconden? Y, si también te la sabes, ¿cuándo espabilaremos los tontos? (ésta ¡vive el cielo que no te la sabes!).
La última: ¿dónde vas este verano?
Hoy las tormentas me encierran en casa y me provocan para escribir algo de lo mucho rumiado durante la última quincena.
Ánimos para los manifestantes. Quizás, quizás también la “listura” sea contagiosa. Y preparad lo mejor posible la respuesta a la última pregunta.

lunes, 7 de mayo de 2018

33.000


Apropiado o no, razonable o no, justo o no, en Bilbao está habiendo un importante movimiento de jubilados (sobre todo) en defensa de unas pensiones dignas, unos salarios “humanos”, el final de la brecha abierta en razón del sexo, y algunas otras “minucias”.
Es así.
Y los blogs, a este respecto (como a todos los respectos) se dividen en tres tipos: los que están de acuerdo, los que no lo están y los que callan. Y todos, sea cuál sea el tipo, han tomado partido. Sí. También los que callan. El silencio es una postura tomada, como las otras: igual de posible, de justa o injusta, de sabia o estúpida, de miedosa o valiente, de razonable o irracional. Cualquiera de las tres lo es.
Me parece que los blogs escritos o alimentados por viejos (o si ellos lo prefieren, para que no nos escaqueemos nadie, por personas mayores) deberíamos decir algo, estar a favor o en contra, con matices o sin ellos, pero posicionarnos por la palabra, no por el silencio.

Yo no he estado más que en una de las manifestaciones. No me parecen indispensables, aunque tengo que reconocer que sin ellas casi no habría ni ruido ni nueces, que sin ellas no se habrían conseguido esos “caramelitos” (muy importantes y necesarios para algunos de los pensionistas) que casi con toda seguridad se consolidarán con los Presupuestos Generales del año.
Me parece que el PNV ha andado muy listo a la hora de conseguir un buen montón de votos para las próximas elecciones.
Y creo que el escenario real donde se juegue este partido será en esas próximas elecciones. A mí no tienen que convencerme de a quién no se puede votar. Confiaré una vez más en la sensatez del electorado. Posiblemente volverá a defraudarme. Pero, tengo por seguro que peor sería si no hubiera ni electorado ni elecciones. De eso ya tuvimos suficiente ración en un pasado que algunos vivimos y aún recordamos.
Por lo demás, para mí es meridianamente claro que las pensiones mínimas son una birria inhumana, que las pensiones medias también lo son, que ninguna pensión debería perder poder adquisitivo, que deben ser parte de los presupuestos del Estado y financiarse mediante impuestos (sobre todo de los que deberían pagar algunos que se están escaqueando de ellos), que no es justa la brecha en razón del sexo, hayan pagado lo que hayan cotizado a la seguridad social las mujeres en su vida laboral (que ya lo creo que han trabajado) y alguna que otra cosa que ahora se me escapa.
Si algún “viejo” necesita un lugar donde escribir, yo le presto mi blog. Si algún joven lo necesita, que cuente con él también.

viernes, 4 de mayo de 2018

La pirámide de fango


La vejez (la mía) es un tiempo maravilloso para romper esas palabras que uno pronunció para nunca jamás (algunas, que no todas)
Así que, en cuanto me enteré de que había salido la última investigación de Montalbano, la última novela de Andrea Camilleri (y algún día tendrá que salir la última) “La pirámide de fango”, no diré que corrí, pero sí me apresuré a conseguirla, primero y a leerla, después
Son tantos los buenos ratos que Camilleri me ha proporcionado, tan interesantes algunas de sus historias, tan bonitas, lo he recomendado tantas veces, me ha arrancado tantas sonrisas,… que no podía menos que leerle, aunque sólo fuera por agradecimiento.
Y la novela, ¿qué?
Para los que conocéis a Camilleri nada nuevo: los mismos personajes esta vez tratando de aclararnos a los lectores, cómo se mueve la mafia, qué hay de la corrupción de los políticos, el trapicheo de las obras públicas, ….
Lo suficiente para disfrutar de una nueva novela de Camilleri.

martes, 24 de abril de 2018

lunes, 23 de abril de 2018

De pensiones, subidas y mentiras


Ayer el diario.es (https://www.eldiario.es/politica/Partido-Popular-Proposicion-Ley-gobierne_0_763623854.html) publicaba la enésima “boutade” (ocurrencia, pero en francés que suena más fino) de Rafael Hernando:
 "Los que pedían subida de las pensiones, ahora que se manifiesten para dar las gracias al Gobierno"
"Nos pedían una subida del 1% y las vamos a subir el 3%", ha dicho el portavoz parlamentario de los populares
Y, como yo no tenía otra cosa que hacer, me puse a pensar:
Este “señor”, ¿es un jeta?. Porque parece estar ahí para poner cara a lo que casi ningún otro se atrevería. ¿Es un sinvergüenza? O sea, alguien a quien no le da vergüenza decir cualquier cosa. ¿Es un desalmado? O sea que dice todo aquello que no tiene alma, que no tiene ninguna empatía con lo que los ciudadanos sienten. ¿Es un monigote? O sea, está ahí como el títere que disimula al verdadero autor de la comedia.
Pues, al menos, entre tanta pregunta, puedo afirmar que es un mentiroso. Ocultar parte de la verdad, decir sólo una parte de ella, es mentira. Yo he oído decir que, si les aprueban los presupuestos, subirán un 3% aquellas pensiones, y SOLO aquellas que no llegan a 800 euros al mes (hablo de memoria, o sea que quizás ni lleguen a 800). Pongamos por caso que un pensionista con 750 euros al mes va a empezar a cobrar 772,50 euros.
También puedo afirmar que este “señor” no es tonto. Lleva 34 años viviendo de la política, desde los 21. Es decir nunca ha hecho otra cosa. Y vive bien, o, al menos, tiene unos buenos ingresos:
Recapitulamos, en un mes ordinario, Hernando cobra 2.971 euros brutos que le paga el Grupo Popular, más 5.536 euros brutos del Congreso. Eso son unos 8.500 euros, más 1.842 euros libres de impuestos para gastos. En junio y diciembre, con la extra, es el doble: son 5.942 del Grupo Parlamentario Popular y 11.072 euros del Congreso. Eso son 17.014 euros brutos y 3.684, para gastos, libres de impuestos. Unos 20.550 euros entre las dos nóminas.” (http://www.sueldospublicos.com/texto-diario/mostrar/203857/rafael-hernando-empezo-cobrar-sueldo-publico-concejal-22-anos)
No hagamos más mala sangre en los lectores, que hoy es lunes.

viernes, 20 de abril de 2018

Los ciervos llegan sin avisar


“Yo sólo quería terminar mi puzle, encajar las piezas”

La novela llevaba tiempo esperando a que la cogiera… y por poco no la suelto. Menos mal que soy un lector disciplinado, al menos a la hora de dejar de leer.
Tenía muy buenas críticas, llegadas desde diversos lugares, y la mía no lo va a ser menos.
Ojo!: “Los ciervos llegan sin avisar” es adictiva. Quedáis avisados.
Berna González Harbour maneja estupendamente la técnica: deja una historia en suspense y te mete en la que parece otra. Tú ya sabes que ambas se van a encontrar en algún meandro del relato, y no puedes dejar de leer, no puedes esperar.
Es una novela redonda. Negra. Con un relato que parece ir alejando las dos (o tres) historias, para ver como se reencuentran al final de una curva del camino, en medio de una recta de la carretera.
Y de fondo la crisis económica, los buitres, las amenazas de desahucio, la presencia insufrible de los usureros, disfrazados de bancarios o financieros.
En resumen una muy buena novela.

Cambiando:
Esta mañana he conocido la muerte de D. Luis Montes. Era el presidente de la Asociación “Derecho a morir dignamente” y desde aquí quiero presentar mi respeto y reconocimiento, así como mi agradecimiento a su labor.
DMD es una asociación sin ánimo de lucro, registrada en el Ministerio del Interior con los siguientes fines:
. Promover el derecho de toda persona a disponer con libertad de su cuerpo y de su vida, y a elegir libre y legalmente el momento y los medios para finalizarla.
Defender, de modo especial, el derecho de los enfermos terminales e irreversibles a morir sin sufrimientos, si este es su deseo expreso.”

martes, 3 de abril de 2018

Luto por Paco Camarasa

Hoy es un día triste:
Ha muerto Paco Camarasa.
Mi blog se queda sin uno de sus referentes primordiales.
Mis necesidades de conocer las novedades de Novela Negra tendrán que buscar otras fuentes.
Desde aquí mi respeto, mi admiración y mi pésame a su mujer (la librera, la que me hizo decir un día que su juicio me interesaba más que el de Paco), a todos esos autores que le deben mucho de su "carrera", a todos los amantes del género.