sábado, 21 de julio de 2018

Otras dos de "Bilbao"



Me ocurre, y estoy seguro de no tener ninguna exclusividad, que a lo largo del curso (como si aún hubiera cursos) voy dejando pasar novelas de esas ante las que dices: “qué curioso, debería leerla”. Pero las vas dejando para “luego”, para cuando haya terminado ésta que estoy leyendo y esa otra que está la primera del montón”.
Y mañana, decía la canción, es nunca.
Pero este verano no va a ser así. Este verano voy a meterme con unas cuantas de esas “curiosidades” (y si sigue lloviendo con más de cuatro).
Entre las curiosidades almacenadas están varias novelas “negras” que trascurren en Bilbao o sus alrededores. Cada vez hay más. Escritas por gente “de aquí”.  Ojo al dato: cuando en el “exterior” me preguntan de dónde soy, la respuesta es: “de Bilbao”. Cuando me lo preguntan en el “interior” yo soy de Sestao. Pues no faltaba más.
Mientras hacía la lista, se aupó a primer término la novela de Lola, esa mujer de la que ya he hablado en otra entrada anterior, con la que compartí algún momento de taller de escritura y algunos relatos que nos intercambiábamos.
“Melocotones de viña” de Lola López de Lacalle no es una historia del tipo de las que yo suelo leer. De no ser por su autora, yo nunca la hubiera leído. Lo cual no obsta para empezar diciendo que me ha gustado, que la he leído de manera atenta y agradable, fácil, amena.
El juego narrativo de completar la historia a base de que la cuenten, sin repetirse más allá de lo necesario para situarnos, sus diferentes protagonistas me ha parecido un ejercicio literario muy interesante.
Lo mismo que la adjetivación, la presencia de comparaciones y metáforas (aunque alguna de ellas excesivamente trivial), el amor que “la narradora” destila por algunos de sus protagonistas (sin ocultarse en esa siempre falsa pretensión de neutralidad imparcial), ciertas presencias de secundarios muy bien aprovechada para dar matices a la historia central,…
La historia de Paulina y Pilar, sin ningún tipo de concesión sentimental a los buenos deseos del lector, me ha resultado fluida, me ha interesado y me ha dejado muy buen sabor de boca.
Si hay que ponerle un pero (no sé por qué habría que hacerlo) quizás es una historia demasiado “redonda”, en la que todo se llega a comprender y, como un puzle bien construido, no deja ni agujeros ni rebordes que se escapen del rectángulo final.
Supongo que ésta no será más que la primera de las novelas de Lola publicadas. Lo espero con cariño.

Javier Sagastiberri es de procedencia guipuzcoana, pero está afincado en Bilbao. Su primera novela (ya ha escrito por lo menos otras dos) llevaba por título “El asesino de reinas”.
Veamos: el Athletic, Bilbao y sus alrededores, dos ertzainas giputxis, crímenes, un poco de morbo, poca literatura, el Athletic, psicología de andar por casa, personajes lineales, mucho internet,  el Athletic.
Mucha filosofía barata y muy poca enjundia en una novela que nunca recomendaré.

lunes, 16 de julio de 2018

Entre la subida de la pensión e Iberdrola


Ya le han puesto fecha. Ya sabemos qué día vamos a cobrar los atrasos de la pensión de todo este año. Ya sabemos que a partir del mes de julio la pensión nos sube. Cuánto hace mucho que lo tengo calculado: unos 17 euros netos al mes (una barbaridad para lo que les va a ocurrir a la mayoría de los jubilados).
Ya me estaba yo calentando: ¿cambiar de coche?; ¿renovar algunos elementos de la casa?; ¿un viaje?;…
Pero, resulta que también Iberdrola ha hecho cálculos. Como muchos de vosotros, pago una cuota fija al mes que se revisa cada cierto tiempo y se recalcula para los meses siguientes. Pues lo han hecho y les ha dado que tengo que empezar a pagar al mes aproximadamente lo mismo que van a subir los ingresos de mi pensión.
Me he quedado más frío que el tiempo que está haciendo por aquí (ahora mismo llueve y el terreno embarrado es más propio de otras épocas del año o de otras latitudes, que de un mes de julio en Castilla).
Si yo tuviera ganas miraría cómo han ido los consumos. A ver si me han subido la cuota porque me he puesto a consumir como un auténtico derrochador. Pero, ¿para qué voy a andar sacando ganas? Si me va a dar lo mismo.
Hay consumos (de esos que andan todos los días diciéndonos que se puede ahorrar: agua, luz, gasolina, …) a los que no ponemos mucha atención porque, por mucho que digan un par de “enteradillos”, son prácticamente imposibles de controlar. Son opacos, inapreciables a primera vista (¿cuántos aparatos tienes ahora en casa con el pilotito encendido, mientras tú ni paras en ella?; y ¿ese calentador, frigo,… que dejas encendido cuando te vas de vacaciones?;…).
Hay consumos cuyo control es cosa de chiflados. O de gente a la que no le suben la pensión lo suficiente.
Hay ingresos que tardamos un par de minutos y cuatro neuronas en recalcular.
Disfrutad del verano, si podéis ver el verano o si os gusta la lluvia cuando no hace frío. Porque lo que es aquí…