sábado, 20 de junio de 2020

El quinto hijo


Hace tiempo, no sé muy bien por qué, que tenía ganas de leer a Doris Lessing. He leído su “El quinto hijo” y sigo sin saber por qué.

Evidentemente escribe bien. El relato es ágil, fácil de seguir, sencillo.
Pero, sus personajes, suficientemente descritos, me resultan muy extraños; el ambiente en el que se mueve la novela (Inglaterra, años 70) aunque pueda ser cercano, no tiene ninguna relación con el mío; lo que sucede no me ha resultado atractivo, no ha despertado en mí ningún interés.

Luego, he buscado y leído algunas reseñas críticas, fundamentalmente por la sorpresa que a mí mismo me ha causado esta falta  de interés. Todas le dan mayor importancia de la que a mí me ha parecido que tiene, mayor carga de profundidad de la que yo adivino (aunque puestos a especular con lo que uno lee, podemos condenar a Caperucita por mal trato animal): el tema de la maternidad, el miedo de la mujer a dar a luz a un monstruo, la felicidad de la familia, …
A mí me parecen excesivas todas estas derivaciones de la novela. Con lo que se demuestra, una vez más, que las lecturas (y los lectores) de una misma novela pueden ser muy lejanas entre sí. Y no pasa nada por el hecho de que así sea, si uno no tiene que aprobar un examen y debe dejar contento al examinador.

Doris Lessing es premio Nobel de literatura (1988) y jamás diré yo que se lo dan a cualquiera, sin ninguna razón propiamente literaria. Pero, sí puedo decir que hay muchos Nobel de literatura que no me interesan nada o casi nada.

sábado, 13 de junio de 2020

Malos tiempos para el país


Descubrí “Malos tiempos para el país” de Michaël Mention leyendo “Territorios”, el suplemento semanal de El Correo de la semana pasada. Allí escribía sobre ella J. Ernesto Ayala-Dip. Y me pareció que podría ser interesante.

Así que voy a recoger aquí mucho de lo que allí se decía porque mis palabras no podrían hacer otra cosas que corroborar todo ello.

“El argumento está basado en un hecho real. Se trata de los terribles crímenes de un asesino en serie que asoló Inglaterra durante la década de los setenta.
Pero también se podría decir que la novela trata igualmente de la llegada de Margaret Tatcher al poder como primera ministra.
Michael Mention nos habla del laborismo y cómo dejó con sus erráticas políticas en bandeja el Gobierno a la Dama de Hierro. Esta, entre 1979 y 1982, generó tres millones de parados y un aumento exponencial de la delincuencia. Acabó con la sociedad del bienestar ingles. Acabó con los sindicatos.
Lo increíble de esta novela es ver como su autor encuadra su trama criminal en este contexto social y político, sin que esta amalgama nunca chirríe.”

Y recojo un par de textos de la novela:

“Elecciones, pronósticos y debates acalorados entre electos desdeñosos, indignos de sus electores. La política y su comedia del ego que mata al mundo cada día un poco más.”
“Contra toda espera, estas medidas (reducción del gasto público, cierre de fábricas insuficientemente rentables y fin de la economía del carbón en provecho de una economía financiera) empiezan poco a poco a dar fruto: lentamente, el Reino Unido vuelve a ser un gran país, a expensas de su “gente humilde”, cuyo diez por ciento vive ya bajo el umbral de la pobreza”

La novela está escrita de forma muy poco ortodoxa. Bueno no sé si existen formas heterodoxas de escribir. Pero, hay muchas frases sin verbo. Utilizadas, claramente, para acelerar el ritmo de la acción y saltarse engorrosas descripciones, confieso que esa forma de escribir resulta eficaz y que a mí me ha parecido muy valiosa.

He aquí otra de esas novelas más que interesantes para otra tarde de verano de esas que uno no sabe muy bien qué hacer.

domingo, 7 de junio de 2020

Hot Line


Hace apenas mes y medio que moría Luis Sepúlveda. Decía yo entonces en este blog que debería homenajearle leyendo algo suyo.

Casi inmediatamente lo hice: “Un viejo que leía historias de amor”. No lo reseñé porque, aunque la novela me gustó, no llegué a entrar del todo en ella. Su temática, su geografía, su entorno natural e histórico, no llegaron a cogerme. Ya sabéis, cosas de la oportunidad de cada relato.

Pero, ayer recogí el tema porque en una sentada me leí su “Hot Line”. No hace mucho que me enteré de que había escrito una novela con un detective mapuche y el asunto me intrigaba. Había sido publicada en España en el 2002. Y hablaban de novela negra.

No sé si su corta extensión permite situarla en el ámbito de las novelas o si habría que considerarla más bien un relato largo. Se lee muy rápido y en muy poco tiempo.

En “Hot Line” aparece todo el ingenio de Sepúlveda, su buena escritura y su compromiso político y social con aquel Chile del que tuvo que huir.
Es en verdad interesante por aquello de recordar cosas que no hace tanto que sucedieron y que, todavía, no han dejado de suceder.

El mundo de los milicos… ¿A ver si la cita que sigue os suena a algo mucho más cercano en el tiempo y en el espacio?

(El detective mapuche se ha enfrentado al hijo de un general y hasta le ha disparado cuando robaba un rebaño de vacas. Poco después, su superior le lee las diligencias que constan en el expediente abierto por la policía, donde se desfigura todo lo ocurrido. Y el narrador concluye:)
“Leída hacia atrás, hacia delante o en diagonal, la historia oficial no ofrecerá nunca más que tristes variaciones para una misma mentira. El detective se encogió de hombros antes de encender también un pitillo.”

viernes, 5 de junio de 2020

La nena, de Carmen Mola


“La nena” es la tercera novela de Carmen Mola, la “tercera entrega” de la inspectora Elena Blanco y de la BAC.

El 24 de diciembre del 2018 hacía yo una pequeña reseña de su novela primera y el 20 de mayo del 2019 de la segunda.

Creo que no puedo hacer nada mejor que copiarme a mí mismo:

“Carmen Mola nos deja una novela escalofriante desde sus primeras páginas.

Es un thriller, de esos que he dado en llamar “sucio” (ver mi blog el 13 de marzo del 2013): “novelas basadas en un crimen “sucio”, tan sucio que es capaz de manchar hasta el propio concepto de “humano”. El planteamiento de lo investigado es, antes que nada, desagradable, duro, inquietante, basto, extremo,…

A mi modo de ver, a veces es excesiva y me disgusta eso de que, al final, casi todo salga bien, o lo mejor posible. El hecho de que “el héroe” se salve demasiadas veces en el último instante la hace un tanto inverosímil.

Pero, se trata de una novela intensa, tanto que cuando te coge (recién empezado a leerla) tienes verdaderas dificultades para dejarla, tanto que lo que “el cuerpo te pide” es leértela de un solo tirón.”

Así que, estómagos delicados abstenerse… y los demás a por ella. Esa tarde de verano medio amodorrado os lo agradecerá.