Descubrí “Malos tiempos para el país”
de Michaël Mention leyendo “Territorios”, el suplemento semanal de El Correo de
la semana pasada. Allí escribía sobre ella J. Ernesto Ayala-Dip. Y me pareció
que podría ser interesante.
Así que voy a recoger aquí mucho de
lo que allí se decía porque mis palabras no podrían hacer otra cosas que
corroborar todo ello.
“El
argumento está basado en un hecho real. Se trata de los terribles crímenes de
un asesino en serie que asoló Inglaterra durante la década de los setenta.
Pero
también se podría decir que la novela trata igualmente de la llegada de
Margaret Tatcher al poder como primera ministra.
Michael
Mention nos habla del laborismo y cómo dejó con sus erráticas políticas en
bandeja el Gobierno a la Dama de Hierro. Esta, entre 1979 y 1982, generó tres
millones de parados y un aumento exponencial de la delincuencia. Acabó con la
sociedad del bienestar ingles. Acabó con los sindicatos.
Lo
increíble de esta novela es ver como su autor encuadra su trama criminal en
este contexto social y político, sin que esta amalgama nunca chirríe.”
Y recojo un par de textos de la
novela:
“Elecciones,
pronósticos y debates acalorados entre electos desdeñosos, indignos de sus
electores. La política y su comedia del ego que mata al mundo cada día un poco
más.”
“Contra
toda espera, estas medidas (reducción del gasto público, cierre de fábricas
insuficientemente rentables y fin de la economía del carbón en provecho de una
economía financiera) empiezan poco a poco a dar fruto: lentamente, el Reino
Unido vuelve a ser un gran país, a expensas de su “gente humilde”, cuyo diez
por ciento vive ya bajo el umbral de la pobreza”
La novela
está escrita de forma muy poco ortodoxa. Bueno no sé si existen formas
heterodoxas de escribir. Pero, hay muchas frases sin verbo. Utilizadas,
claramente, para acelerar el ritmo de la acción y saltarse engorrosas
descripciones, confieso que esa forma de escribir resulta eficaz y que a mí me ha
parecido muy valiosa.
He aquí
otra de esas novelas más que interesantes para otra tarde de verano de esas que
uno no sabe muy bien qué hacer.
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