sábado, 8 de diciembre de 2012

Mentiras y más mentiras



A veces el cuerpo te pide escribir y a veces no. Esa es la explicación para haber dejado pasar tal cantidad de oportunidades. Esa y que los temas que ahora os enuncio han hecho correr tal cantidad de tinta (electrónica) que me ha parecido que sobraban las palabras.
Es posible que traten de anular nuestra capacidad de crítica y de respuesta a base de aburrirnos. Es muy posible que traten de desviar nuestra atención del verdadero problema de quién manda aquí, de qué sistema de dominación, más o menos oculta, nos tiene agarrados por los …
Lo que nos dejan ver (y sufrir): las continuas mentiras de Rajoy esta vez concretadas en el asunto de las pensiones, la “memez” de Báñez, la insolvencia, más o menos absoluta, de Guindos, los desatinos educacionales de Wert (siempre, no lo olvidemos, al servicio de alguien, más o menos oculto), extra sí o extra no (“dé Vd. la orden hoy, antes de que el Constitucional…”) la devolución de Hacienda al sr. expresidente de la CEOE, por si se había llevado poco, las prebendas (esta vez) del alcalde de Sabadell, el casi continuo desdecirse de los psoecialistas cuando hablan de su último mandato, … y aumenta el paro,… y la inflación.
Menos mal que ayer me dijeron que vamos por buen camino, que con el ejecutivo que vamos a inaugurar en unos días (sin crucifijo, Dios nos pille confesados) vamos a dejar de ser dependientes. Me aclararon que de Madrid, no de la Sra. Merkel (que era la que mandaba un ratito antes en la conversación). Y, además, va seguir siendo obligatorio (pero más obligatorio aún) el euskera, porque así –digo yo- la industria, la cultura, el saber, el teatro y el ballet, la buena literatura y el buen cine, etc. no estarán sometidos a esa lengua extranjera llamada español. Nos volverán a inflar de impuestos para la trikitrixa y el arrastre de bueyes.
Estoy muy cabreado, ¿se me nota?.
Será que todavía me queda una semana de ir al trabajo.
Por cierto, en medio de todo este maremágnum, me queda el ligero placer de haber descubierto que “Sra. Merkel” es una bella figura literaria, una hermosa metáfora, para ocultar al poder financiero-industrial-multinacional.
Claro que como muy bien dice en el Correo una tal Sylvia Nasar (a quien no tengo el gusto de haber leído), al preguntársele por el peso que le atribuye a "El capital", de un señor más conocido que se llamaba Marx (Karl): "Yo diría que no fue importante, que hizo perder el tiempo a muchísima gente".

1 comentario:

  1. Ahí te quiero ver. Poco pero sustancioso.
    Nos queda una pelea larga y dura intentando que la muchachada ponga el foco en el lugar adecuado. Se den cuenta de dónde están sus (más o menos) iguales y no gasten energías peleando contra quien no deben.
    Igual también con esto perdemos el tiempo. Es nuestro sino.
    Yo, por si acaso, ya he desempolvado mi kaiku y, casi, la txapela. Y mi uniforme de seleccionador de Euskadi, que todo cuenta.
    Es tiempo de envidiaros a algunos.

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