Se acaba agosto, aunque aún queda verano (dicen... los metereologos de otras latitudes).
Ese final, la proximidad casi permanente del río y la cercanía más acusada de una muerte, me dejan con estos versos:
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar a la mar
que es el morir
Y
Es cosa triste ser río.
Quién pudiera ser laguna
oir el silbo en el junco
cuando lo besa la luna.
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