sábado, 11 de abril de 2020

El pasadizo del deseo


Hace unos meses leí un artículo (no recuerdo dónde) que hablaba de varias autoras de novela negra. La idea era señalar que era un género en el que abundaban las escritoras. Nada nuevo ya desde Agatha Christie, pero me sorprendió que daba varios nombres de los que yo no había oído ni hablar.

Así que recogí algunos de aquellos nombres, los de las autoras que más me parecía que me iban a gustar. Y, vuelta a lo de siempre, que no hay que fiarse de lo que dice un artículo (esté donde esté) si antes no tienes referencias de su autor.

Me quedé con tres autoras: Susana Martín Gijón, Ruth Ware y Dominique Sylvain.

De la primera comenté en mi blog hace un par de semanas “Progenie”. De la segunda empecé a leer “La mujer del camarote 10” y no superó la prueba, así que antes de llegar a la página 40 la dejé.

De la tercera acabo de leer “El pasadizo del deseo”. Y la he acabado porque comienza prometiendo mucho, porque se puede leer de un tirón, pero no da casi nada de lo prometido y al final decepciona y es más bien vulgarcita.

Ya sé que algunas veces no acertamos con la novela apropiada de un autor o autora que, a la larga, se ve que merece la pena leerle. A lo mejor he ido a coger aquella novela en la que la pifió, pero mejor vuelvo a plantear ese tema ya manido de ¿quién es el que aconseja lo que leemos?, ¿de quién nos fiamos habitualmente?.

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