Hace
unos meses leí un artículo (no recuerdo dónde) que hablaba de varias autoras de
novela negra. La idea era señalar que era un género en el que abundaban las
escritoras. Nada nuevo ya desde Agatha Christie, pero me sorprendió que daba
varios nombres de los que yo no había oído ni hablar.
Así
que recogí algunos de aquellos nombres, los de las autoras que más me parecía
que me iban a gustar. Y, vuelta a lo de siempre, que no hay que fiarse de lo
que dice un artículo (esté donde esté) si antes no tienes referencias de su
autor.
Me
quedé con tres autoras: Susana Martín Gijón, Ruth Ware y Dominique Sylvain.
De
la primera comenté en mi blog hace un par de semanas “Progenie”. De la segunda
empecé a leer “La mujer del camarote 10” y no superó la prueba, así que antes
de llegar a la página 40 la dejé.
De
la tercera acabo de leer “El pasadizo del deseo”. Y la he acabado porque
comienza prometiendo mucho, porque se puede leer de un tirón, pero no da casi
nada de lo prometido y al final decepciona y es más bien vulgarcita.
Ya
sé que algunas veces no acertamos con la novela apropiada de un autor o autora que,
a la larga, se ve que merece la pena leerle. A lo mejor he ido a coger aquella
novela en la que la pifió, pero mejor vuelvo a plantear ese tema ya manido de
¿quién es el que aconseja lo que leemos?, ¿de quién nos fiamos habitualmente?.
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