lunes, 4 de marzo de 2013

Algunas lecturas



Una breve aclaración: supongo que no hay ninguna duda sobre el peregrino al que se refería la entrada anterior. Quizás no era muy clara mi intención de desvelar un “nuevo” juego con las palabras: ¿si alguno de vosotros imagina un peregrino pensaría en  alguien que hace poco más de 26 kilómetros en un helicóptero para pasar la noche en un palacio?
Ya sé que hay diferentes maneras de peregrinar. Algunas de ellas muy apetecibles. Lo que me irrita sobremanera es que alguien con semejantes posibilidades se defina a sí mismo como un peregrino.
Tengo muy abandonada la parte de crítica literaria (¡ole´!: esto sí que es polisemia), o sea, comentarios personales sobre lo que leo. No quiere eso decir que no lea.
He terminado, en la última semana, tres cosas diferentes. “Travesuras de la niña mala”. Mario Vargas Llosa, su autor,  me resulta un hombre antipático (posiblemente por sus posicionamientos político-sociales, no por sus escritos), pero no cabe duda de que escribe bien. No me ha gustado demasiado, pero si alguno quiere una “lectura de playa” (en marzo, madre mía) o de semana santa, pues ésta le puede servir. Exagerada en sus “planteamientos” a más no poder, no creíble en lo que cuenta, resulta amena, divertida y hasta cachonda a ratos.
Otra cosa ha sido “Proceso a la sombra de un burro” (teatro) de F. Dürrenmatt.  Autor de mi devoción, pude asistir a una representación de esta obra (recuerdo muy bien) en el Ayala, en tiempos de Franco, por el T.E.I. (uno de los grupos de teatro más interesantes de la época). Pero, su tema, el desarrollo de la acción,… los tenía absolutamente olvidados. Sigue siendo interesantísimo: a la cuestión de si la sombra del burro se alquila en el momento en que se alquila el burro, o no, sigue tal disparate que la estupidez humana acabará con la ciudad.
Y, luego, un pequeño “divertimento” Novela cortita de  Fernando López, que se lee de un tirón y que agrada Esto he leído de ella en la web:  "La novela con que Fernando López inicia la saga de Philip Lecoq, Falsa rubia con tacones, se apoya en dos grandes pilares. Por un lado, un investigador que poco o nada tiene en común con el estereotipo del género. Por el otro, lo que se agradece en toda novela negra, una trama atractiva a la que no le falta humor".
Buena semana a todos

Me llega un e-mail (de un concurso de esos) que dice que me van a publicar lo que sigue. No quiero que vayáis a comprar el libro entero (que tampoco lo haré yo) por tan poca cosa:


Frase hecha:
Aquella vez sólo llovía a gusto de unos pocos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario