Una breve
aclaración: supongo que no hay ninguna duda sobre el peregrino al que se
refería la entrada anterior. Quizás no era muy clara mi intención de desvelar
un “nuevo” juego con las palabras: ¿si alguno de vosotros imagina un peregrino
pensaría en alguien que hace poco más de
26 kilómetros en un helicóptero para pasar la noche en un palacio?
Ya sé que
hay diferentes maneras de peregrinar. Algunas de ellas muy apetecibles. Lo que
me irrita sobremanera es que alguien con semejantes posibilidades se defina a
sí mismo como un peregrino.
Tengo muy
abandonada la parte de crítica literaria (¡ole´!: esto sí que es polisemia), o
sea, comentarios personales sobre lo que leo. No quiere eso decir que no lea.
He
terminado, en la última semana, tres cosas diferentes. “Travesuras de la niña
mala”. Mario Vargas Llosa, su autor, me
resulta un hombre antipático (posiblemente por sus posicionamientos
político-sociales, no por sus escritos), pero no cabe duda de que escribe bien.
No me ha gustado demasiado, pero si alguno quiere una “lectura de playa” (en
marzo, madre mía) o de semana santa, pues ésta le puede servir. Exagerada en
sus “planteamientos” a más no poder, no creíble en lo que cuenta, resulta
amena, divertida y hasta cachonda a ratos.
Otra cosa
ha sido “Proceso a la sombra de un burro” (teatro) de F. Dürrenmatt. Autor de mi devoción, pude asistir a una
representación de esta obra (recuerdo muy bien) en el Ayala, en tiempos de
Franco, por el T.E.I. (uno de los grupos de teatro más interesantes de la
época). Pero, su tema, el desarrollo de la acción,… los tenía absolutamente
olvidados. Sigue siendo interesantísimo: a la cuestión de si la sombra del
burro se alquila en el momento en que se alquila el burro, o no, sigue tal
disparate que la estupidez humana acabará con la ciudad.
Y, luego,
un pequeño “divertimento” Novela cortita de Fernando López, que se lee de un tirón y que
agrada Esto he leído de ella en la web: "La novela con
que Fernando López inicia la saga de Philip Lecoq, Falsa rubia con tacones, se
apoya en dos grandes pilares. Por un lado, un investigador que poco o nada
tiene en común con el estereotipo del género. Por el otro, lo que se agradece
en toda novela negra, una trama atractiva a la que no le falta humor".
Buena semana a todos
Me llega un e-mail (de un concurso de esos) que dice que me van a publicar lo que sigue. No quiero que vayáis a comprar el libro entero (que tampoco lo haré yo) por tan poca cosa:
Frase hecha:
Aquella vez sólo llovía
a gusto de unos pocos.
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