miércoles, 11 de abril de 2012

Mi hijo podía haber estado allí


Un chico joven ha muerto en Bilbao por los disparos de la policía. Una bola de goma le ha matado cuando celebraba la victoria del Athletic.
Los detalles que podría añadir los conocéis tan bien como yo por la prensa.
Habrá que “depurar responsabilidades”, saber quién, cómo, cuándo y por qué le ha matado. Y quién ha dado la orden. Pero uno de los porqués es evidente: la policía entró en la muchedumbre armada con fusiles que disparan bolas de goma, equipada con armas mortales. ¿O hay otra forma mejor de demostrar que un arma es mortal que el hecho de que haya matado?
¿De qué le servirán las “responsabilidades depuradas” al joven muerto? ¿Y a sus amigos, familiares,…?  Que se castigue a quien haya que castigar,  que no se exima a nadie de cargar con las consecuencias, desde el policía que haya disparado hasta el último en la jerarquía de mando que lo haya permitido y ordenado. Pero, sobre todo, que se acabe ya con estas formas de “protección ciudadana” que posibilitan el luto de los ciudadanos. Tiene que haber otras formas.
Mi hijo podía haber estado en Pozas (de hecho, dos días antes pensaba en ir), y tu hermano, tu marido, tu amiga, tu… Cualquiera podía haber sido. Las piedras, nos decían de pequeños, no tienen ojos.

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