viernes, 6 de noviembre de 2020

No es un río

 

“No es un río” de Selva Almada es una de esas novelas que me provocan una gran pereza para escribir sobre ellas, para reflexionar en o desde ellas, Provoca tal cantidad de reflexiones, obliga de tal forma a ordenar el pensamiento, … Pero habrá que ser diligente porque la novela lo merece.

“No es un río” parece uno de esos ejercicios que se hacen para aprender a redactar: de este párrafo que acabas de escribir, elimina todo lo que pueda sobrar porque no hace falta para la comprensión de lo que quieres expresar. De ahí su brevedad. Y, entonces, “destripar” una novela así, llenar de palabras lo que está dicho sucintamente, pero sin dejarse nada, parece un “pecado”.

“No es un río” es ejemplo de las novelas con las que trato de entablar un diálogo post-lectura a base de leer cosas sobre ellas. Casi nunca leo casi nada sobre la novela que comienzo, para que no dirijan mi pensamiento. Pero, después, hay muchas novelas sobre las que leo lo que otros han escrito. Permitidme aconsejaros un post de María Elvira Woinilowicz, en “página12.com”. Merece, y mucho, la pena. Lo tenéis aquí

“No es un río” es “el cierre de una trilogía "de varones" junto con El viento que arrasa y Ladrilleros”, que ya están reseñados en este blog.

Os apunto sólo algunas notas para animar vuestra lectura: la profundidad de los personajes, con sólo un par de pinceladas y unos muy breves diálogos; las relaciones entre los hombres y las mujeres, destacando el carácter sanador de éstas; el hilo cronológico que se extiende al antes y al después de la anécdota que da pie al relato; la poesía de su escritura; …

“No es un río”, de Selva Almada, no os defraudará.

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