Varios reportajes de esos
que ahora abundan, del estilo de “Las 15 (ó 10 ó 12) novelas negras que no
debes dejar de leer este verano (o este año, o estas navidades,…)” me habían
puesto sobre la pista de “Belleza roja”, de Arantza Portabales (nacida en
Donosti, aunque gallega) y pronto bautizada como “la nueva dama de la novela negra española”
Apabulla un poco de entrada
encontrar que de 8 personajes (6 sospechosos del crimen y dos investigadores)
nadie haya tenido una vida “normal”, “corriente”, vamos, como la tuya o la mía.
Todos esconden violencia, muerte, abusos, “locura”, … Quizás sea que sólo así
se puede ser personaje de una ficción literaria. Pero es que son prácticamente
todos los que aparecen.
Ya el ambiente (de familia
rica, de la alta burguesía) en el que discurre la novela me puso alerta. Luego,
la ausencia casi total de contexto social, político, económico, …. Y seguí con
su lectura pensando en esos relatos que esconden muy bien el resultado del puzle
que dará con el asesino y que te mantienen en vilo hasta el final.
Pero es que a la novela,
para mi gusto, le sobran historias periféricas, historias que nada aportan al
asunto policial, a la investigación, a su desarrollo. Son historias románticas,
llenas de esa pseudo-psicología popular capaz de explicarnos quién es el
personaje a partir de un par de datos, casi insignificantes. Son historias que
más parecen estar como gancho para el lector de bestsellers que para el de
novelas policiales.
Esta vez, lo confieso, los “cronistas
de libros” me han equivocado.
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