Antiguos tics de sociología urbana y de lector
empedernido hacen que, todavía ahora, la vista se me vaya a los carteles, miles
de carteles, que se cruzan en mi camino a diario y que los lea.
Algunos tienen tal grado de “comicidad”, “mala baba”,
aprovechamiento de las deficiencias de la realidad o de los sentimientos
inconfesables del personal, tanta ignorancia, chulería, etc. que o les hago una
foto (ventajas de los móviles) o los escribo al llegar a casa.
Hoy os ofrezco cuatro de ellos. Jugosos, supongo,
aunque alguno sea muy conocido por repetido.
Esto se podía leer no hace mucho (ignoro si sigue
allí o no) en el “escaparate” de una clínica de Bilbao:
“Descuentos especiales para pacientes en lista de
espera de la seguridad social”
Sin comentarios.
En una pared cualquiera del barrio alguien había
colgado un folio con esta leyenda:
“Chica nacional de 40 años de edad se ofrece para
labores de casa”
Luego, por supuesto, daba un número de teléfono.
Cualquiera de nosotros sabe que una chica nacional (el subrayado es mío)
limpia mucho mejor que una no nacional, que, por definición, es siempre una
guarra. Además es mucho más de fiar, porque no roba, trabaja sin parar y no
rompe ni maltrata nada. Por cierto, nacional… ¿de qué nación?. Estaba escrito
en castellano, que eso ya da una pista.
En el portal de un edificio se podía leer:
“Esta comunidad no admite publicidad”
No hace falta -deberían haber añadido. No es preciso que nadie ande por ahí
pregonando las bondades de nuestra comunidad, A ver si vamos a tener cola para
comprar el tercero derecha.
Y la entrada
de un bar:
“Televisamos todos los partidos del Athletic”.
Ni poco chulos ellos. No aclaran si televisan en
abierto o en cerrado, ni, en este último caso, a través de qué canal, pero no
necesitan que nadie instale sus cámaras en el campo de fútbol; ellos tienen las
suyas y van allí donde haga falta. Que son de Bilbao.
Un poco de humor de vez en cuando no hace daño. Que
sigue lloviendo sin parar.
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