lunes, 5 de mayo de 2014

Votos

El pasado fin de semana, en algún lugar de la prensa, no sé muy bien dónde, me he tropezado con la noticia de que los suizos van a decidir en referéndum si se gastan o no una porrada de millones de euros en la compra de aviones de guerra.
“¡¡Qué tiempos!!, ¡que todavía a estas alturas haya que preguntarse por semejantes cosas!” – me dije a mí mismo.
Luego sentí un poco de envidia. No sé si el referéndum será “limpio”, si la ciudadanía estará “manejada”, si hay más intereses que los que a primera vista aparecen, si la noticia será de fiar, si… Pero es evidente que hay un régimen político – al menos uno- que se ha dado a sí mismo (los ciudadanos se han dado a sí mismos) el instrumento necesario para tomar decisiones democráticas, es decir, entre todos. ¡Qué envidia! Y qué desidia la nuestra.
Mientras, ando huyendo de los discursos de la sra. Valenciano y del sr. Cañete. Ya me sé lo que dicen y redicen: ella cuenta lo mal que lo están haciendo los otros; él lo peor que lo hicieron ellos hace unos pocos años.
Y si, por casualidad, se salen del discurso para decirnos algo concreto de lo que van a hacer, entonces no les creo. Porque llevan una gran mochila de mentiras a la espalda.

Quizás esta vez –de nuevo- no quede más remedio que “tirar” del voto testimonial. O de la más testimonial abstención.

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