lunes, 2 de septiembre de 2013

Primer lunes de septiembre

Siria, no cabe duda, sigue siendo el tema más acuciante y más urgente del momento. Su inminente bombardeo por los sherifs de este mundo no tiene parangón con lo que nos pueda ocurrir por aquí.
Pero me vais a permitir que me olvide un poco de ellos, porque un día como hoy (primer lunes de septiembre) tiene muchas reminiscencias históricas. Recuerdos de la “vuelta a la normalidad”. La normalidad… Pobres de nosotros.
Así que podría contaros mi primer paseo del curso con el grupo de senderismo de los lunes: 14 kilómetros de agradable mañana desde Arminza a Plentzia. ¡Cómo os hubiera gustado!
Sin embargo, cuando he pensado en la normalidad hace un rato, me ha venido a la retina el último edificio nuevo, recién construido, que pude ver ayer en un paseo por Santutxu: han construido una escuela nueva, un edificio dónde sólo había una campa hace unos meses. ¡Qué maravilla!
No sé cuántas escuelas (edificios) públicas hay en este barrio, cerradas o infrautilizadas. Alguna, seguro. Pues han hecho una más. Que los niños ya no cabían, porque el índice de natalidad se ha disparado en este barrio, o porque los emigrantes no sabían dónde mandar a sus hijos.
No os lo creáis. Han sido presiones políticas satisfechas y no de los padres que luego terminan mandando sus chavales a la EPO. No, han sido otros los “presionantes” (¿o se dice los “presionadores”?). Y otra vez el dinero de mis impuestos tirado en el mismo agujero. Siempre me toca pagar.
Ya me tocó en mis años de trabajo: entonces construyeron un magnífico edificio y reformaron otro con el dinero que salía de mi (y vuestro) trabajo. Y eso era muy fácil de ver porque surgía un edificio, se reformaba otro y por parte de los dueños nadie metía un euro (ni una peseta). Así que era sencillo adivinar de dónde salía el “capital” necesario para semejante “inversión”.
Lo que sí es “normal” (y dejémonos de rollos macabeos) es que un chabalejo (léase en tono simpático, de compadreo y sin ningún ánimo de insultar, menospreciar o vejar) acabe de firmar un contrato por el que va a cobrar lo mismo que cien (sí, cien) profesores durante los próximos cinco años. Para que sepáis el valor moral de ese tal os diré que ha renunciado a un 25% de su sueldo… para hacer posible el otro 75%.

Os deseo, a todos los que habéis empezado hoy el curso, la “vuelta a la normalidad”, que se os haga breve y agradable. Y si un lunes os tropiezo en mi paseo os daré un abrazo y os dejaré un rato el bastón para que caminéis a mi lado.

1 comentario:

  1. Debo rectificar respecto a la firma del contrato. Al final, Herrera se quedó sin contrato del United. Aunque pienso que eso no cambia en nada el sentido de la entrada.
    Otro "chabalejo" habrá aprovechado el hueco.
    Andrés

    ResponderEliminar