Cada cierto tiempo, sin periodicidad
definida, tengo la desdicha de toparme con el “hombre del orden”.
El “hombre del orden” es más
camaleónico que Mortadelo (el de Filemón). Tanto que, a veces, incluso se
disfraza de “la mujer del orden”.
Pero no tardo en reconocerlo. Una
pequeña parada en seco, una pequeña reflexión y ¡zás!, ya lo tengo. Y es que lo
conozco bien. Por repetitivo. Aunque cambie el lugar, el tiempo, la situación,
sigue siendo “el hombre del orden”.
El “hombre del orden” es alguien que
siempre empieza así:
- “Vamos a hacer ESTO”.
- “Y lo vamos a hacer ASÍ” – sigue.
Y, como siempre es un “demócrata convencido”,
culmina con:
- “A no ser que alguien tenga una
propuesta mejor”.
Y desde ahí llama al orden. Porque él
es un hombre (o mujer) “ordenado”. Es decir, como muy bien indica ese participio,
ha recibido muchas órdenes.
Y busca, porque los necesita, que los
demás sean “sub-ordinados”. O sea, que estén bajo el orden. (No exageremos,
sólo son “consejos por el bien de todos”, líneas de trabajo “para que todo
discurra por los mejores cauces”)
Lo que “el hombre del orden” no nos
dice nunca es que no se trata de el orden. Sino de SU orden.
Claro que yo ya lo se y a mí no me engaña. (Admito que “el hombre del orden”
puede llegar a engañarse a sí mismo).
Y cuando alguien se desvía de aquellos
“ESTO” y “ASÍ” por los que había comenzado, ese alguien no está haciendo otra
propuesta de orden, dice él, sino saliéndose del común de los “sub-ordinados”.
¿Será posible que no caiga en la
cuenta de que ese que actúa de tal manera está haciendo (con hechos, no con
palabras) una nueva propuesta, tal como él, “demócrata convencido” había sugerido?
¡Ah, “el hombre del orden”! ¡Qué
peligro!.
Generalmente acaba imponiendo su orden
… siempre que quepa en el de quienes le ordenan, porque suele ser el último de
una cadena de órdenes.
Cadena … esclavitud … libertad …
Procura no convertirte ni en “el
hombre del orden” ni en “la mujer del orden”. Y empieza por no seguir mi orden.
Busca el tuyo. Y desenmascara todos los que vayas encontrando en tu camino.
Yo también lo intentaré.
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