lunes, 2 de abril de 2018

El no-máster de la Sra. Cifuentes


Desde que estalló el asunto del fraude académico del máster regalado a la presidenta de la Comunidad de Madrid (¡Dios mío: aquellos retorcimientos morales para permitirnos aprobar a quien tenía  un 4,5 en la nota final de una asignatura de primero de la ESO! y ¡después de que se había matriculado el momento debido y había asistido a clase todos los días, y se había presentado a los exámenes!), desde entonces, digo, sigo todos los días en el  diario.es el desarrollo, cada vez más histriónico de dicho asunto.
 Ya sólo me quedan tres preguntas. Lo confieso. Son éstas: ¿meterán en la cárcel –la Justicia meterá en la cárcel- a la Sra. Cifuentes?; ¿meterán en la cárcel al director del no-máster?; y ¿meterán en la cárcel al rector de esa universidad tan monárquica donde se regalan (a saber cuántos) no-másters?
O, por el contrario, ¿aquí no ha pasado nada porque nadie ha robado unos lápices, nadie ha arremetido contra el honor de nadie haciendo un chiste fuera de la ley y el orden o nadie se ha inventado una canción calumniadora?
Las tres preguntas, las únicas que me quedan, se pasan “por allí” el tema de la presunción de inocencia. Eso es un invento que va contra el buen sentido, contra el pensamiento hecho y derecho de quienes más que hacer política, la sufrimos. Contra el buen sentido de quienes “sabemos” que, después de tantos indicios, el culpable es culpable mientras no demuestre su inocencia.
Nos han hablado de que hay países donde los políticos dimiten. Bueno, no os lo creáis. Sólo será media verdad. El resto será cuento. Cuentos. De los que han empleado siempre para dormirnos, para confundirnos.
Ahora bien de ahí a que la última gran noticia (¿final del histrionismo?) sea que el líder político de la oposición avise a la Sra.  Cifuentes de que “actuará con contundencia si no aclara el escándalo”, hay alguna distancia. ¿Serán todos más o menos amigos? ¿Se intercambiarán cromos? O ¿me equivoco y éste va a ser el primer paso para que las cárceles acaben, por fin, llenas de auténticos delincuentes?
Cada vez –lo estaréis observando- me resulta más difícil abrir mi blog, porque cada vez es más verdad, en este país, aquello de que “nihil novum sub sole”, o sea, para los que no habéis tenido la suerte de que os regalen un máster (o un doctorado honoris causa, o un buen puesto de no-trabajo como reconocimiento a vuestro no-máster cuando os descubran, o…) que no hay nada nuevo bajo el sol, que no es posible escribir sobre algo distinto, que siempre viene siendo lo mismo de lo mismo y uno ya está cansado.
Menos mal que de ésta o me suben la pensión o me bajan los impuestos o, si se repiten las próximas elecciones, las dos cosas.

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