domingo, 23 de febrero de 2014

Machado, Antonio

Ayer se cumplieron 75 años de la muerte de Antonio Machado. Pero ayer yo tenía complicado el acceso a su poesía y a mi blog. Aproveché para recordar el disco de homenaje de Joan Manuel Serrat, que, sin ser santo de mi devoción, creo que fue mi primer contacto con Machado.
Tiempos aquellos en los que una dictadura nos impedía incluso encontrarnos con los poetas que podían serle incómodos. ¡Qué grado supremo del absurdo!
Así que hoy, con un día de retraso, os dejos con un par de poesías suyas (de Machado, Antonio) y un par de fotos de la tierra a la que cantó. Y, aparte de esto, si alguno necesita recuperar un poco de esperanza en medio de cualquier desesperación, no tendrá ninguna dificultad para encontrar en la Red aquellos maravillosos versos de “A un olmo seco”.

Caminante
Caminante, son tus huellas 
el camino, y nada más;
 
caminante, no hay camino,
 
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
 
y al volver la vista atrás
 
se ve la senda que nunca
 
se ha de pisar.
 
Caminante, no hay camino,
 
sino estelas en la mar.

La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y de alma quieta,
ha de tener su mármol y su día,
su infalible mañana y su poeta.

El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero;
a la moda de Francia realista,
un poco al uso de París pagano,
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.

Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahur, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste
cuando se digna usar de la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas apostólicas
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.

El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero,
el vacuo ayer dará un mañana huero.

Como la náusea de un borracho ahito
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.

Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.

Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea.


2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. ¡¡Ostras Machado!!
    Serrat tuvo el mérito de acercarlo. La "circunstancia" nos llevó a leerlo, y después de leer estos versos reaparecen las ganas de hacerlo de nuevo.
    Lo cual, dicho sea de paso, te pone en el mismo nivel que Serrat (en este asunto solamente)

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