martes, 11 de junio de 2013

De cháchara

En Medina hay un “club de lectura”. Tenía yo muchas ganas de ir y esta semana, por fin, he podido hacerlo. En principio tiene muy poco que ver con la tertulia literaria de Bilbao, salvo que las ganas de charlar son muy similares. ¡Cómo nos gusta la cháchara! A algunos, claro está, más que a otros.
Me ha hecho recordar que lo primero que monté en la EPO cuando llegué fue un “equipo de filosofía… de café”. Los que nos juntábamos (que lo hacíamos) charlábamos sobre cualquier tema, sabiendo siempre que lo que allí se decía no nos comprometía a nadie ni a nada.
Volviendo al club, para cuando me he querido dar cuenta ya habían hablado de la guerra, de la violencia, de cómo nos manejan, de la mili, de los yanquis, de los “mártires de Alá”… Luego, ya conmigo plenamente integrado en la charla (no he aguantado mucho sin hablar) ha salido el gobierno, la política, el aturdimiento-pasividad general de los ciudadanos, las manifas, las nucleares,  Garoña, el cole, Wert, los políticos,… La novela (no entera) de Stephan Zweig, que habíamos leído (escrita en 1938) daba igual. Todos los temas estaban allí, aunque os aseguro que os costará encontrarlos. Si queréis probar, la novela se titula “La impaciencia del corazón”.
No podré terminarla con ellos porque los martes (que es cuando se juntan)  me debo a mi compromiso con Gorabide en Bilbao, pero ha sido un grato nuy gratificante. E interesante.
Al final, y aún a riesgo de hacerles decir más de lo que ellos mismos han dicho, parece muy claro que son muchas las voces de quienes pedimos un cambio profundo en el sistema de representación política. En eso habría que trabajar.

¿También los jubilados?

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