miércoles, 23 de enero de 2013

Leyendo el periódico



Sacudo ligeramente mi pereza para repasar el periódico de esta mañana. Como siempre, últimamente (salvo hazaña del Athletic)  una portada de poner los pelos en punta, por muy repetitiva que sea: en grandes caracteres (muy grandes) podemos saber que Bárcenas sigue teniendo dinero, ahora en las Bermudas (dinero nuestro, no lo perdamos de vista) y que, por el contrario, Urkullu no tiene suficiente, así que nos va a subir los impuestos (dinero nuestro no lo perdamos de vista).
Y en caracteres un poco más pequeños se nos recuerda que sigue habiendo mobbing y niños acosados en nuestras aulas.
Y luego, en el interior, la solución (digo yo). Un largo artículo de opinión de Koldo Tellitua, presidente de Ikastolen Elkartea.
Desgrana el intento de reforma de la educación de Wert que “en resumen [no es sino] el enésimo intento de uniformización y control ideológico-social de un modelo educativo de Estado”.
Las antípodas, dice él, de lo que “nosotros” (entrecomillado, porque nunca sé quiénes son, cuando un sujeto individual utiliza el plural sin explicar a quién se refiere) , la sociedad vasca y sus centros educativos necesitamos. Y a partir de ahí tres grandes (grandísimas, enormes) ideas: “salir del carril de esta reforma” (aplausos por mi parte y por la parte de cualquier tipo de oposición, incluidas aquellas partes que consideren esta reforma “poco” derechosa); “avanzar hacia un sistema educativo propio” (propio, o sea propiedad, ¿de quién?, porque ahora sí que es importante saber a quién se refiere la primera persona del plural, que no me ocurra que cuando voy y digo que esto era mío –porque era nuestro- me quedo con dos palmos de narices); “y una Ley de Educación a fin de salvar y desarrollar la equidad y calidad de la educación de nuestro alumnado”  (y esto lo firmaría hasta el mismísimo Wert, o sea que no vale para nada).
Sigo con la duda del “nosotros”, pero algo se me aclara cuando para finalizar el artículo utiliza una unidad de medida de tiempo que nada tiene que ver con la educación, y sí con la política (o sea, de nuevo aquello del control ideológico-social por parte de un grupo o partido): “tenemos … toda una legislatura por delante”. No os voy a tratar como a tontos y no os voy a decir de la legislatura de quién se trata. Pero, está en mi primer párrafo y no es Bárcenas.
Me gustaría, pero otro día, preguntarme de dónde nace ese miedo a una evaluación exterior. ¿Qué pasa: que la financiación de la educación no es exterior, es decir, no procede de mis impuestos? Entonces, ¿de dónde el miedo a que sean mis impuestos los que evalúen? ¿Qué no seré suficientemente sensible, inteligente, generoso, abierto, capaz,…? Otro día, ¿vale?
Nota.- Tengo delante la edición impresa del Correo de hoy y de ahí ha salido todo lo de arriba. Soy incapaz de poneros un link al artículo de opinión. Lo siento.

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