domingo, 25 de noviembre de 2012

Buenas noticias



Nos ha llegado esta semana una buena noticia. Hemos ganado aunque sólo sea una batalla.
Hagamos un poco de memoria. Aunque yo no lo tenga muy fácil, es posible que entre varios situemos el episodio correctamente. Que aquello que dura en el tiempo y se prolonga un poco (además de hacérsenos normal = bueno) a veces se nos escapa de los límites del recuerdo y no lo acabamos de comprender en su justa medida.
A mediados del 2010 la patronal nos comunicaba que (a semejanza de lo que había hecho el Gobierno Vasco con sus funcionarios) nos disminuía el sueldo que marcaba el convenio. Un 5%.
Los trabajadores siempre hemos tenido dos armas (y creo que sólo dos) para defendernos de la arbitrariedad de la patronal: la lucha y su concreción legal, el convenio. Y nuestra patronal lo rompía unilateralmente en un pulso de fuerza cuando nuestra lucha era posiblemente la más baja en mucho tiempo. Y lo hacía donde más duele: rebajando los sueldos.
Su arbitrariedad era patente. Pero, ¿sería también impune?. Acudimos a los tribunales (todavía debe quedar alguno por ahí) y esta vez nos han dado la razón. No se puede romper un convenio unilateralmente. Si se pudiera, ¿para qué serviría?, ¿a modo, digamos, de “código de buena conducta”?.
Imaginemos (sólo por imaginar): a los patrones la cosa (¡qué delicia de imprecisión!, gracias Susaeta) les va muy bien (no hacía falta soltar mucho la imaginación) y los trabajadores, unilateralmente, deciden que los lunes no van a trabajar. Entonces, ¿qué?
El dinero era y es nuestro. Es nuestro sueldo. No se cuándo ni cómo lo cobraremos. Ni siquiera sé si lo cobraremos. Pero es nuestro. Que quede claro.
Y mientras, el Bilbao Basket sigue bordándolo y los parlamentarios con una dieta mensual de más de 1800 euros para que puedan vivir en Madrid (aunque alguno sea de allí y otros tengan tres pisos en la capital)
Buena semana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario