martes, 3 de julio de 2012

Uno que "no" paga


Me he desayunado (mosqueado, muy mosqueado) con la gran noticia en primera plana: “Uno de cada tres vascos no paga las medicinas”.
Mosqueado, claro, porque ese uno que no paga era yo: el pensionista que llega a la farmacia y por 0 euros se lleva todas las medicinas que necesita (o que le han recetado).
Es verdad que yo ya no le pago al farmacéutico. Pero, con el PASTON que le he dado a la Hacienda Vasca este último año ( y los 30 anteriores, sin ir más lejos) he pagado mis medicinas y las de unos cuentos más.
Ya está bien de que nos creamos que es el Estado el que paga. Pagamos los currelas, en activo o en “excedencia”. El Estado es una entelequia que, como mucho, chupa más de lo que devuelve. De lo contrario no tendría nada. Y, ¿a quién le va a chupar?
Muy mosqueado, sí señor.
Os iba a contar, antes, después y durante el mosqueo, que he leído, en un plis-plas, no se si una novelita o un cuentazo. Por su tamaño: 50 páginas. No sabría muy bien cómo considerar “La nieta del señor Linh” de Philippe Claudel.
Una delicia. A Ph. Claudel lo conocí hace unos meses con motivo de la tertulia literaria sobre “Almas grises”. Ya entonces me impresionó tanto que me prometí que aquello no sería lo último que leyera de él.  Os lo recomendé entonces y vuelvo a hacerlo ahora.
No voy a contar nada de “La nieta del…” No quiero daros ninguna pista que desvele una historia absolutamente sorprendente porque resulta totalmente real e increíble a la vez desde su planteamiento. ¿Dónde está la identidad de  un hombre?
Tierna (ojito “los de lágrima fácil”), mordaz, crítica, lúcida,… Nacidos para morir, mejor hacerlo lo más tarde posible; mejor aún si es el último acto de libertad y no un dejarse ir en un “moridero”.

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