Antes de “la crisis” parecía que, tras la universalización de la gratuidad de la educación y la sanidad (con todas las matizaciones que esta generalización requiera, parecía que se podía comenzar a hablar de los dos siguientes pasos que el “estado del bienestar” daría próximamente: la universalización del derecho a una vivienda y, antes, el derecho a comer todos los días.
Parecía… ¡Ingenuos! “La crisis” va a dejar claro que hay mucha gente que no está por la labor. Que con su trabajo y con su dinero no cuenten. Que sus impuestos son para otras cosas o, mejor aún, se los deben ahorrar para disfrutar de comida, vivienda, educación y sanidad para unos pocos.
Leído hoy en la Prensa:
Cobrar el paro desincentiva el acceso al empleo, dice el Banco de España
No aparece en primera página del periódico, pero es el resultado de un arduo análisis del BCE. No se les ha ocurrido, pero, si lo investigan, llegarán a descubrir que encima les estamos pagando la vida a un hatajo de incompetentes, tan torpes que no han sabido ni defender su propio trabajo. Leña, y que pasen hambre, si es necesario.
Estos días habréis podido oír, como yo, a una serie de “personajes mediáticos, analistas políticos” hablando desde los grupos de poder de este país (la derechona más recalcitrante) de lo que ha ocurrido en las elecciones andaluzas. En su discurso había dos constantes: la primera, hemos ganado; la segunda, pero no vamos a gobernar porque a los andaluces los han engañado. ¡Pobres andaluces! Les engañan como a chinos (no se de dónde viene tan racista expresión). Menos mal que sólo han engañado a una mitad, la otra mitad ha votado bien.
Mañana será otro día.
Ojalá hoy todos disfrutemos con el Bilbao Basket
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