Parece que estamos en el camino del encuentro de las novelas que Allende escribe para “adultos” con las que escribe para “sus nietos”. Probablemente los nietos llevan camino de hacerse adultos.
Chile y Las Vegas en paralelo. Mafias, policías corruptos, droga, por un lado y, por otro, realismo mágico, entronque en lo más básico del pueblo llano, naturaleza (y fauna) en su estado más natural (valga la redundancia) se nos presentan en paralelo, para que no tengamos otra opción que elegir entre ambas.
Y, rodeando a Maya, una pléyade de simpáticos personajes, es decir personajes con los que la empatía resulta inminente. Salvo los malos, que son muy malos.
La novela me ha parecido un poco larga. Creo que unas cuantas páginas menos la hubieran aligerado de partes innecesarias, pero, en su conjunto me parece una bonita lectura, agradable, fácil y sin falsas profundidades, muy apta para el sol que en estos días acompaña.
Nunca me decepciona la prosa de Isabel Allende. Tampoco esta vez. Si queréis pasar un rato ameno, será una buena compañía.
me he puestoa leerla...ya te comentaré a ver que me parece
ResponderEliminarsaluditos
Kerman