jueves, 14 de enero de 2021

Feliz final

"Feliz final", de Isaac Rosa me ha parecido un muy interesante ejercicio literario: empezar la historia por su final e ir retrocediendo paso a paso hacia y hasta su principio; explicar lo que pasa hoy por lo que pasó (o no pasó) ayer, que se explica por lo que pasó (o no pasó) anteayer, que se explica por lo que pasó (o no) el día anterior, que …“Excavando para encontrar las causas de nuestro fracaso”, dice ella.

Y todo ello hecho a través de monólogos que nunca fueron diálogos en el momento oportuno.

Relato ágil, muy bien escrito, con aciertos importantes en la utilización de comparaciones, metáforas, repeticiones, … una bella prosa, nada pedante, aunque a ratos (los menos) parece estancarse un poco y volverse un tanto farragosa.

Para sacar a la superficie “esa sensación de que nos hemos ido desconociendo, volviéndonos cada vez más extraños desde un momento inicial de identidad total.”

Para hacerlo así, en el fondo siempre hay un gran obstáculo: se narra desde el presente lo que ocurrió en el pasado y, al hacerlo, siempre se reinterpreta ese pasado, siempre está visto desde una perspectiva que ya no es la que entonces era. “El amor es inenarrable, siempre se narra cuando ya ha pasado y entonces está sometido a relectura, reajuste, cuando no revancha.”

Lástima (a mi modo de ver) que Isaac nos ofrezca un final que el lector parece ir adivinando y deseando (en mi caso) que no sea así. A mí el final me ha defraudado, pero para todo hay gustos y no pienso desvelar aquí nada de él. Por razones obvias. No vaya a ser que se os ocurra leerla … y ya sepáis cómo acaba.

Pero, a lo largo del relato se van poniendo sobre el tapete  múltiples, interesantes y polémicos asuntos:

¿Realmente puede durar un matrimonio más allá, pongamos por caso, de 15 años?

¿Qué va a pasar con los niños de una pareja que se deshace? ¿Hay que aguantar para que los niños disfruten de ambos padres? o ¿es mejor para ellos que en casa respiren una cierta tranquilidad (quizás la paz de los muertos) y no la “guerra” permanente entre los cónyuges?

Los puntos de vista, las perspectivas de un hombre  y una mujer, ¿son compaginables? Que son diferentes (y hasta opuestos) parece evidente, pero ¿se pueden complementar el uno y el otro? ¿Terminan siempre chocando? Y, más aún, ¿esas perspectivas están indefectiblemente emparentadas con el género?

¿Cuánto y durante cuánto tiempo se pueden separar la existencia amorosa en pareja y el hecho de formar una unidad económica (sujeta, ahí es nada, a las leyes del mercado). ¿Qué pinta la economía doméstica en la posibilidad o imposibilidad de la disolución de una pareja con niños?

¿Qué es eso de la maternidad?; ¿qué la paternidad? En lo concreto, en el día a día de un casado y de un divorciado.

Y, para no cansaros más, ¿existe la objetividad? En concreto y en esta situación (tan habitual), ¿es posible que ella y él lleguen a una interpretación común de cualquier suceso de sus vidas o siempre primará esa interpretación hecha desde el final, desde la ruptura, desde la disolución que teñirá “la realidad” de lo que pasó?

Es ya muy vieja mi idea de que a los chavales hay que explicarles la historia (del mundo y, por tanto, la suya) empezando en el hoy y el ahora. Y desde ahí lanzar cables a pasados cercanos y, poco a poco, más remotos para aprender en ellos lo que debe ser  o no ser el futuro. Así que nada desdeñable este “ensayo” de Isaac Roca.

1 comentario:

  1. Muy buenas preguntas. Son las que yo ando haciendomelas ahora, proximo ya a la muerte. Pero me temo que o no tienen respuesta o yo no las voy a encontrar.

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