Hoy
he acabado “Chourmo”, la segunda novela de la trilogía de Fabio Montale. Para
no liarme en resúmenes os dejo el que aparece en las primeras páginas del
libro:
“En
ocasiones, las personas son víctimas de sus propios actos. Otras, simplemente
lo son de la fatalidad. Como Guitou, cuya única culpa fue amar a una bella
joven de origen argelino. Un amor que le llevó a estar en el sitio equivocado
en el momento menos oportuno. Fabio Montale abandonará su apacible retiro para
averiguar el porqué de su absurda muerte. Pero en el curso de la investigación
se verá inmerso en una compleja trama de mafias e integrismos que irán dejando
en el camino demasiados cadáveres”
Montale
ha dejado de ser policía. Y él mismo expresa así sus razones: “fue necesaria la muerte de demasiados seres
queridos para que el asco me pudiera y me liberara”.
Y
un par de textos para abrir apetito:
“Yo no he creído nunca que los
hombres sean buenos. Sólo que merecen ser iguales”
“No creía en los ladrones. Y tampoco en los
policías. Quienes representaban la ley habían perdido todo el sentido de los
valores morales, y los auténticos ladrones nunca habían tenido que dar un tirón
para poder cenar. Metían a ministros en la cárcel, por supuesto, pero eso no
eran más que avatares de la vida política. No justicia. Cualquier día volverían
a saltar a la palestra. En la sociedad de los negocios, la política lava más
blanco que nada.”.
Ahora
le toca el turno a “Solea”.
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