jueves, 1 de octubre de 2020

Como polvo en el viento

 


¡Qué difícil reseñar “Como polvo en el viento” de Leonardo Padura!  Me voy a dejar en el tintero tantas cosas, que mi gran tentación en este momento, es dejármelas todas y acabar el asunto con un escueto y definitivo: “¡La lean, coño!”

Pero, …

Primero estarían las grandes preguntas: ¿el azar?; ¿Dios?; ¿el karma?; ¿el comunismo-socialismo científico-revolución?.

Y, agrupándolas todas, la más importante, la más urgente: ¿la libertad?; ¿podemos ser en algún lugar lo que queremos ser?; ¿no somos más que polvo en el viento?, ¿a merced siempre de lo que sople donde sople?.

Luego están todas esas preguntas que hacen referencia al juego de las relaciones entre nosotros: la familia, los amigos, el clan, el sexo, la vecindad, el partido, la política. Y las que nos hablan de nuestra postura ante la realidad que nos ha tocado vivir: si nos enajenamos de ella, si huimos, si emigramos o nos exilamos, ¿podremos ser alguien?; si permanecemos en ella, si nos adaptamos en lo que podamos, ¿se nos permitirá dar cumplimiento a nuestros sueños, a lo que deseamos para nuestros días?.

Padura analiza Cuba y sus habitantes como si de una novela negra se tratara. En un relato que bien podría haber dividido en cuatro o cinco diferentes, pues tal es la riqueza de casi cualquiera de los personajes que lo hacen avanzar.

Echo en falta otros personajes que nos hubieran podido acercar a algunos grupos de individuos con menos estudios (¿y menos posibilidades sociales?), porque en la novela todos los personajes tienen estudios universitarios y no sé si eso respondería a la situación real de la población cubana.

Luego hablaríamos de su estilo, bello, ligero, profundo, sencillo, de su ritmo y su intriga, sus “cantos” a la amistad, a la honradez, …

Terribles algunas imágenes de Cuba, impresionantes las reflexiones sobre el exilio, ...

Pues eso: “¡La lean, coño!”.

Ah, no dejéis de ver la Nota al final de la novela.

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