Antes de las novelas comentadas en
este blog (“Justo” y “Soledad”), Carlos Bassas del Rey ya llevaba escritas
varias novelas negras y había dado vida a su detective: el inspector Herodoto
Corominas.
Esta novela es la primera de la serie
del citado inspector
Tiene bastantes puntos en común con “Justo”,
aunque a mí me ha parecido menos brillante, menos densa y de menor calidad
literaria. Lo que sólo significa que la estoy comparando con una gran
novela. Porque estamos ante una novela más que digna, con ritmo rápido, que te engancha
y que va a plantear, una vez más, uno de los dilemas éticos más presentes en la
novela negra: ¿venganza por la ofensa que se me ha hecho (nada menos que matar
a mi mujer y a mi hijo)? ¿restitución, recuperación del honor, sabiendo que “El
honor es una mortaja” (titulo de la novela)?; o ¿sólo hay justicia si uno se la
toma por su propia mano?. y “en esta vida hay
cosas que tienes que hacer y punto”.
Porque, otra vez “una vez más”, “ni la policía ni los jueces están para impartir justicia.
Sólo estamos aquí para hacer cumplir la ley. Y, como ya sabes, en demasiados
casos la ley tiene poco que ver con la justicia”, tal como el
inspector adoctrina a su subordinado.
El protagonista lo tiene muy claro: ¿venganza,
honor, justicia? El se irá cargando a quienes han destrozado su vida, para que
esta vez no suceda aquello de que “Los ricos son como los gatos: da igual la altura, siempre
caen de pie.”
Os invito a leerla.
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