He leído hoy, casi sin querer una
frase muy “bonita”. Es de Hipatia (filósofa y maestra neoplatónica griega,
natural de Egipto, que destacó en los campos de las matemáticas y la
astronomía, en el siglo V) y,
aquí, donde lo he leído, casi con toda seguridad, falta el contexto. Dice así:
“Defiende tu derecho a pensar, porque
incluso pensar de manera errónea es mejor que no pensar”.
Pero yo, desde mi derecho a pensar,
maldigo los pensamientos de quienes tienen el poder de hacer realidad aquello
que piensan por, para y en lugar de
quienes no tienen-tenemos ese poder.
Es que Hitler pensó, vaya si pensó. Y
Franco. También Stalin pensó. Y Trump todavía piensa. Y… La lista es muy larga.
El pensamiento no es inocuo. No lo es
cuando se hace desde posiciones de poder dictatoriales y/o cuasi absolutistas.
Y mi pensamiento no retrocede cien años, ni se aleja mil kilómetros para hacer
esa lista.
La frase me ha hecho retroceder hasta
los comienzos de la adolescencia de mis hijos. Cuando alguno de sus profesores,
convertido en apóstol de la lectura, trataba de embaucarnos a los aitas (él lo
hacía con buena voluntad… aunque sin haberlo pensado mucho) con aquello de: “que
lean vuestros hijos; lo que sea, pero que lean, que leer cualquier cosa es
mejor que no leer”.
Y yo pensaba en la cara que iba a
poner cuando un día me tropezara con mi hijo (o con el hijo de otro),
analfabeto en cuanto a crítica, sosteniendo en sus manos “Mi lucha” de Hitler.
O en el gusto que me iba a dar encontrarlo ensimismado en las páginas de Marca,
alimentando sus faltas de ortografía, la ausencia de gusto para redactar un
texto y su mal humor, en caso de no ser madridista convencido, o su “hooliganismo”
absurdo, en caso de serlo.
Y es que la lectura no es inocua. No
siempre es mejor leer que no leer.
No siempre es mejor ir al cine que no
ir; decir lo que sea, pero hablar, que quedarse en silencio; ir al teatro que
no saber ni que existe.
De todas formas, todos los que habéis
llegado hasta aquí, tenéis derecho a pensar, a leer, a hablar, a ir al cine o
al teatro. Y debéis-debemos ejercerlo.
Me aprovecho empalmando con esto para manifestar algo que siempre he pensado. Y es sobre esa frase que se suele decir de “todas las ideas son respetables”. Pues no!, Ni mucho menos. NO todas las ideas son respetables. Hay ideas que merecerían sanción (cárcel, multa, perdida de derechos civiles, o lo que sea) solamente por pensarlas y mas por manifestarlas. Tenemos que ser responsables hasta de nuestros pensamientos. Mucho más de lo que manifestamos.
ResponderEliminar