jueves, 25 de enero de 2018

Primeras novelas



Cuando leo la “última” novela de algún escritor y más o menos me entusiasma, voy a sus novelas anteriores. Suele ser un buen camino que muchos de vosotros, estoy seguro, también recorréis.
Así que les ha tocado el turno a dos de esas “primeras” novelas: una de Luis Landero (“El mágico aprendiz”) y otra de Sara Mesa (“Un incendio invisible”).
No me han defraudado. Se leen muy a gusto (ya sabéis que el de Mesa es una sabor amargo), pero tampoco son el no va más.
Os dejo un par de textitos de Landero:
“A la que a veces observaba también fijamente durante mucho tiempo, tal como un gato puede observar en la televisión un documental sobre el cultivo de los tulipanes”
“(El dueño) había fragmentado la empresa para que los demás tuvieran solo una visión parcial de ella. Únicamente él dominaba el conjunto”. Magnífica táctica cuyos resultados he vivido y conozco bastante bien.
También he leído “Mujer en punto cero” de Nawal El Saadawi, que es una novelista y activista árabe por los derechos de la mujer y narra la vida y muerte de una mujer que se rebela contra el sistema patriarcal, en algo que más que una novela me ha parecido un alegato político. Dice cosas como éstas:
“Descubrí que todos esos gobernantes eran hombres. Todos tenían en común una personalidad avarienta y distorsionada, un insaciable apetito de dinero, sexo y poder ilimitado. Eran hombres que propagaron la corrupción en la tierra y expoliaron a sus pueblos, hombres que sabían hacerse escucha, con dotes de persuasión, hábiles en las artes de pronunciar dulces palabras t disparar flechas envenenadas. Por eso, la verdad sobre ellos no se desvelaba hasta después de muertos y, en consecuencia, como pude observar, la historia tendía a repetirse con absurda tenacidad”.
O esta otra, de tan rabiosa actualidad: “En el fondo de sus pensamientos el patriotismo significaba la muerte de los pobres en defensa de la tierra de los ricos, de la tierra de esos hombres, pues sabía que los pobres no tienen tierras”.

Y ahora le toca al turno a Leonardo Padura y su “La trasparencia del tiempo”, que acaba de llegar al mercado. Ya sabéis que si de algún escritor soy fan es de él. Dentro de unos días estará en Bilbao en la promoción de su novela, se supone. Pero no le voy a hacer publicidad: hay que pagar por oírle. Unos días antes (o después, que no tengo a mano las fechas) estará en Barcelona, en la Semana Negra, con Don Winslow, Carlos Zanón, James Ellroy, Ernesto Mallo, Juan Madrid, Víctor del Arbol, Andreu Martín, Lorenzo Silva, Julián Ibáñez… y otros, en tertulias, conferencias, encuentros,… todos ellos con entrada gratuita.

Por supuesto, iba a escribir algo sobre lo ocurrido en Otxarkoaga, con ese doble asesinato de dos personas mayores perpetrado por unos “mocosos”. Pero, no sería muy diferente, y para nada mejor, que lo que han escrito Txutxi Paredes y Mikel Toral en El Correo de hoy. Así que os remito a su artículo de opinión.

Si supiera hacerlo, hasta os incluiría aquí mismo un link para que lo leyerais. Pero no soy capaz. Espero que Txutxi lo haga después de leer esto. Estad atentos a los comentarios.

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