Creo que todos los que hayamos leído alguna vez a Isabel
Allende estaremos de acuerdo en que escribe “bonito”. Que se la lee muy a
gusto.
Además, supongo que coincidiremos en su maestría creando
personajes. Sobre todo, esos personajes femeninos hechos de dolor,
humillaciones, vejaciones y sufrimiento. Y de constancia, fuerza, aguante,
tenacidad e, incluso ternura.
Esas mujeres que trasmiten la vida, la cultura, los valores,
la etnia,…
Pero, aparte de eso, poco más he encontrado en “Más allá del
invierno”.
¿Deberían los escritores jubilarse obligatoriamente?
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