viernes, 4 de agosto de 2017

Una comedia canalla

La segunda novela de Iván Repila (“El niño que robó el caballo de Atila”) me impactó. Tanto que me prometí a mí mismo leer en cuanto pudiera su primera novela, novela de la que ya alguien me había hablado elogiándola. Me impactó, dejándome la pregunta sobre si el autor nos tomaba el pelo o no.
Pues bien. He terminado (a rastras) “Una comedia canalla” y digo que me la podía haber evitado, que no me hubiera perdido nada. Eso sí me hubiera quedado siempre con las ganas de leerla. Y me pasará lo mismo con la tercera, pero no tiene por qué pasaros a vosotros.
Hay quien la recomienda, pero a mí me ha parecido una enorme gamberrada (inteligente), en la que no me cabe duda de que el “gamberro” lo pasó muy bien (escribiéndola), pero los demás sólo encontraremos algunos pequeños detalles para reír. Quizás ni eso: sonreír.

Para lo que queda de mes volveré a mis lecturas de verano: esas de las que esperas muy poco y que te hacen pasar el tiempo con dignidad, agradablemente, sin más pretensiones que la de estar bien escritas.

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