Hay una especie de “ley universal” que indica que
cuando uno vive una situación determinada (el embarazo suele ser un buen
ejemplo) se le multiplican los “compañeros de situación” en sus ocupaciones
diarias, en sus paseos habituales y hasta en las lecturas de la prensa. “Compañeros
de situación” o aquellos que desean serlo.
Eso me ocurre. Pero no estoy embarazado. Lo que sí
estoy es jubilado y, a mi alrededor “pululan” jubilados y/o quienes desearían
serlo.
Con estos últimos las conversaciones siempre
incluyen una especie de pequeño “reproche” que viene a decir algo así como: “ya, tú sí, pero yo. ¿Llegaré a jubilarme,
cuándo, cómo,… habrá dinero…?”
En 1960 mi padre cumplió cuarenta años. Si en aquel
momento alguien le hubiera preguntado por su jubilación, casi ni hubiera sabido
de qué le hablaban. Seguro que alguna vez había pensado en lo que sería su vida
después del trabajo, pero más bien sus razonamientos irían por trabajar hasta
el fin de su vida.
Cuando murió, con 87 años, había disfrutado de más
de 20 años con una cierta seguridad económica (posiblemente la mayor de su
vida), que le permitía pasar con dignidad sus días, gastar lo necesario en sus
muy pequeños “vicios”, hacer la caridad a la que se sentía obligado, disfrutar por
primera vez de unas vacaciones anuales junto al mar (él que nunca “tuvo pueblo”)
y ahorrar un poco “por si acaso, por lo que pueda pasar”.
Mi padre fue, a este nivel, un privilegiado. Aquella
generación que pasó por una guerra cruel, una posguerra dura y muchas horas de
trabajo, no llegaría tan entera a los ochenta de edad.
Hoy somos muchos más los que disfrutamos (o
disfrutaremos) de 20 y más años de jubilación, con una pensión digna y suficiente
para vivir los un poco menos pequeños “vicios” diarios, para salir de
vacaciones cerca del mar (más de un millón de viajes programados por el Imserso
para la temporada 2015-16), quizás, incluso, para ahorrar un poquito, por si
acaso. La caridad la hemos institucionalizado.
Y esta es la tendencia. Así que…
Una última reflexión: más importante que el cuándo
suceda la jubilación es la cantidad de tiempo que te quedará una vez jubilado.
Y esa será cada vez mayor, a juzgar por la marcha de la historia. Que cada vez
nos morimos más tarde, aunque siempre sea pronto para morir.
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