Hay hombres
de palabra y hombres de palabras. Los hombres de palabras son esos que te
dicen, con toda la seriedad del mundo, que sí, que ya lo van a hacer, …que a
ver si esta semana,… que a ver si la próxima semana,… que a ver si… Hasta que
consiguen espantarte.
Los hombres
de palabra no conocen el “a ver si”. Dicen que sí o que no y de ahí pasan a la
acción o a la inacción
Estos
últimos tiempos estoy entrando en contacto con muchos individuos nuevos ( o casi
nuevos) en mi vida. Respetando (al menos, intentándolo siempre) la
individualidad de cada uno, la imposible clasificación de las personas, no me
cabe duda de que voy agrupándolos en estereotipos.
Hay
estereotipos con los que simpatizo más o menos. Y hay estereotipos con los que
no simpatizo en nada. Pero, entre estos últimos, los hay que, sin empatizar lo
más mínimo con ellos, soy capaz de comprender la lógica de su discurso. Yo
entiendo la lógica del terrorista y del que defiende el terrorismo; entiendo la
lógica del hincha radical, del racista, del bocazas, … Pero nunca he conseguido
entender la lógica del sado-masoquista, del solitario huraño, del eremita, …
Los hombres
de palabras pertenecen a esta última categoría. No empatizo con ellos, pero ni siquiera
consigo entrar en su lógica. Quizás porque no tienen ninguna, salvo la sensación
de dominación que pueden ejercer sobre quien es su interlocutor. Pero, su
comportamiento con un hombre adulto, a quien nada deben y que nada les debe, es
exactamente el mismo que se usa con los menores de edad, con los niños.
Hablando de
tipos. Estoy conociendo el estereotipo del “tú tranquilo”. Por los lares en los
que paso mucho tiempo últimamente, es muy frecuente. A veces simpático, a veces
desesperante. Trascribo, casi textualmente un diálogo, en un ambiente
simpático:
“- ¿Cuánto tiempo tardarás en hacerlo?
- Tú tranquilo (de aquí el nombre del
estereotipo), no mucho.
- Ya. ¿Cuánto es eso?
- Bueno, mucho no, un poco.
- Pero, ¿un poco es una hora, un día, una semana…?
- No, hombre. Tanto, no”
El hombre urbanita adaptándose a la sabiduría popular
ResponderEliminarTe vendrá bien
Salud