domingo, 30 de marzo de 2014

Señales, imágenes y palabras.


Voy recogiendo de vez en cuando esas indicaciones que nos hacen a los ciudadanos en forma de iconos, que luego hemos de interpretar. Dicen que más vale una imagen que mil palabras y, digo yo, si una palabra puede ser equívoca (tener significados diferentes según quién la diga o quién la escuche, dónde o cuándo), pues mil palabras… ni te digo.


Basta ya de decir. Miremos. Por ejemplo: yo veo

 y no sé qué debo entender: ¿Que está prohibido que un perro atado haga sus necesidades?; ¿que no se puede llevar perros atados?




 Menos mal que lo han traducido a palabras.


Pero, entonces ¿para qué sirve la imagen?











Esta otra imagen es evidente: si uno quiere ir a Rosales, debe comenzar a excavar, porque Rosales está en dirección al Centro de la Tierra. Si lo llega a saber Julio Verne... Afortunadamente un poco antes las palabras de otro cartel indicaban que sólo son cinco kilómetros.






Pocas veces en la vida será tan fácil no tener problemas con un tren. Pero en este caso, no un ojo, sino unos buenos prismáticos no bastarían para llegar a ver el tren más cercano. Alguno hubo por esas cercanías, pero hace ya tanto tiempo que la señal casi debería ser declarada de interés histórico.





Donde sí que vale la imagen es en la que va a continuación: por si no se lee bien el frontispicio he recortado el detalle en el que se ve lo que era el edificio y de quién era.
¿De verdad que el "almacén municipal" está tan destartalado?; ¿es ésta la imagen más clara y representativa de hasta dónde ha llegado la crisis? ¿Los que pusieron el frontispicio también estarán así ahora o habrán conseguido abandonar el barco antes de que se hunda?













Hablando de barcos en este lugar hay que estar atentos para respetar la prioridad de la derecha:

Pasad una buena semana. Ya están cerca las próximas vacaciones.

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