jueves, 14 de junio de 2012

Agur, Andalucía


Mañana a esta hora en Bilbao. Se acaban las “vacaciones” en Andalucía. Muchas, muchas impresiones acumuladas. Esta podría ser una pequeña y desordenada lista:
- Se vive muy bien lejos de las preocupaciones diarias, aunque haya otras. Y se descansa de ellas.
- La Costa del Sol debe ser un hervidero en verano. Del mar a la montaña hay muy poca distancia, muy poco terreno; cualquier espacio susceptible de ello parece haber sufrido los efectos de la construcción, en vertical para que quepan muchos, muchísimos o en horizontal para que unos poquitos lo disfruten sin apenas testigos.
- Enseguida se ve que no todas construcciones son iguales. Eso de que hay clases es mucha verdad. Y están las que no se ven, las que sólo se intuyen porque están bien escondidas.
- Esto ha tenido que ser el paraíso del ladrillo, de la especulación, de la corrupción. Sin duda.
- Parece que estemos en una moderna torre de Babel: ingleses, franceses, balcánicos, nórdicos (sorprendentemente un gran número de finlandeses), japoneses,…
- Algunos vagabundos, gente del lugar trabajando u ociando (algunos, supongo, de forma obligatoria), turistas más o menos “puestos”, y siempre el sol y siempre el mar,… aunque todavía frío.
Ayer por la tarde en Ronda

 

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