“La Red Púrpura” es, después de “La novia gitana” la segunda entrega (¿la
última?... lo dudo; habrá más) de las investigaciones de la inspectora de la policía
nacional, Elena Blanco y su equipo de la BAC (Brigada de Análisis de Casos).
Carmen
Mola nos deja una novela escalofriante desde sus primeras páginas.
Una
novela que amaga, a veces, con convertirse en negra: esa relación estrecha
entre la justicia y el poder político; la explotación de los desheredados y lo
que valen determinadas vidas humanas; el
espectáculo, su necesidad de espectadores, partícipes pasivos de un crimen; lo
que el dinero puede comprar, los posibles restos del resultado de una guerra
civil ya lejana, …
Pero,
fundamentalmente, “La Red Púrpura” es un thriller, de esos que he dado en llamar
“sucio” (ver mi blog el 13 de marzo del 2013): “novelas basadas en un crimen “sucio”, tan sucio que es capaz de manchar
hasta el propio concepto de “humano”. El planteamiento de lo investigado
es, antes que nada, desagradable, duro, inquietante, basto, extremo,…
A
mi modo de ver, a veces es excesiva y me disgusta eso de que, al final, casi
todo salga bien, o lo mejor posible. El hecho de que “el héroe” se salve
demasiadas veces en el último instante la hace un tanto inverosímil.
Pero,
se trata de una novela intensa, tanto que cuando te coge (recién empezado a
leerla) tienes verdaderas dificultades para dejarla, tanto que lo que “el
cuerpo te pide” es leértela de un solo tirón.
Ese
par de tardes de verano no vais a tener nada mejor para leer.
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