Hace
ya muchos años que esta especie de microrrelato ronda mi cabeza. Por qué ha
surgido ahora es un tanto misterioso, aunque quizás sea únicamente el fruto de
una conversación sobre microrrelatos, concursos, ….
No
he podido resistirme a darle forma y escribirlo. En esta entrada y, a partir de
ahora, entre los escritos a los que se accede desde la columna derecha de este
blog.
Frotó la lámpara y apareció el Genio.
- Mándame que cumpla uno solo de tus deseos y así
lo haré. Tienes 30 segundos.
Y, luego, ante su indecisión, apremió:
- Sólo te quedan 3 segundos.
- ¿Tres segundos sólo? ¡¡¡Mierda!!!
Y el Genio acató la orden. Se la había dado dentro
del tiempo señalado.
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