domingo, 3 de septiembre de 2017

Fin de domingo otoñal


Aún no son más que la nueve de la noche, pero la foto explica perfectamente cuál es la atmósfera que se respira ahora en el “pueblo”.
Si alguien quisiera escuchar los ruidos que lo acompañan apenas acertaría a oír los sonidos del viento en las hojas de los árboles o el caer de unas gotas de agua, que contribuyen a crear una estampa más otoñal que veraniega.
 Y es que el otoño está ya aquí, por mucho que el calendario no se lo permita: las plantas y sus frutos, los pájaros, los árboles y la maleza, el “fresco” que llena el ambiente y que anuncia próximos fuegos en la chimenea, la “operación retorno” al trabajo,… los niños que ya se han recogido o que han vuelto a la ciudad.
Todavía hace un par de horas un viejo limpiaba las alubias recolectadas esta misma semana; gente joven charlaba en animados corros de sus hijos, de sus trabajos, de sus equipos deportivos; los niños recogían moras para los pasteles de sus madres, y algunos se preparaban para una última tarde de fiestas en el pueblo de al lado.
Ya no queda nada de eso. Sólo silencio, paz, tranquilidad, quietud,…
Ya comprendo que disfrutar estos momentos, escribir sobre ellos, sólo es posible si no hay que preparar el equipaje necesario para una semana de trabajo, si a uno no le espera una semana con muy poco silencio, paz, tranquilidad, quietud,…

Ya os llegará. Pero, no lo perdáis de vista. Está más cerca de lo que suponéis.

2 comentarios:

  1. Los árboles no nos dejan ver el bosque.
    Somos felices sabiendo que un amigo puede disfrutar lo que a nos ya nos llegará.

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  2. Llevas buen camino. La jubilación, a este paso, merecerá que llegues.

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