Aún no son más que la nueve de la noche, pero la foto explica perfectamente cuál es la atmósfera que se respira ahora en el “pueblo”.
Si alguien quisiera escuchar los ruidos que lo acompañan
apenas acertaría a oír los sonidos del viento en las hojas de los árboles o el
caer de unas gotas de agua, que contribuyen a crear una estampa más otoñal que
veraniega.
Y es que el otoño está
ya aquí, por mucho que el calendario no se lo permita: las plantas y sus frutos,
los pájaros, los árboles y la maleza, el “fresco” que llena el ambiente y que
anuncia próximos fuegos en la chimenea, la “operación retorno” al trabajo,… los
niños que ya se han recogido o que han vuelto a la ciudad.
Todavía hace un par de horas un viejo limpiaba las alubias
recolectadas esta misma semana; gente joven charlaba en animados corros de sus
hijos, de sus trabajos, de sus equipos deportivos; los niños recogían moras
para los pasteles de sus madres, y algunos se preparaban para una última tarde
de fiestas en el pueblo de al lado.
Ya no queda nada de eso. Sólo silencio, paz, tranquilidad,
quietud,…
Ya comprendo que disfrutar estos momentos, escribir sobre
ellos, sólo es posible si no hay que preparar el equipaje necesario para una semana
de trabajo, si a uno no le espera una semana con muy poco silencio, paz,
tranquilidad, quietud,…
Ya os llegará. Pero, no lo perdáis de vista. Está más cerca
de lo que suponéis.
Los árboles no nos dejan ver el bosque.
ResponderEliminarSomos felices sabiendo que un amigo puede disfrutar lo que a nos ya nos llegará.
Llevas buen camino. La jubilación, a este paso, merecerá que llegues.
ResponderEliminar