martes, 13 de septiembre de 2016

La lluvia desde casa

Suenan los truenos y empiezan a caer las primeras gotas, que quizás no sean más de cuatro, pero anuncian el final de los calores que hemos pasado y el “descanso” del otoño. Que en verano es mucho el ajetreo y, si llueve, no tendremos más remedio que quedarnos en casa (los que podemos) y dedicarnos al puzle.
 Claro que si tuviéramos otra casa…, igual podíamos hacer más cosas y nos quedábamos dentro sin esperar a que la lluvia nos meta. Una casa, por ejemplo, tipo a la de Pili Zabala.
Por supuesto lo primero que digo con absoluta claridad y sin retranca alguna es que tiene todo el derecho del mundo a tener una casa unifamiliar en Zarauz, con un valor superior al millón de euros. Es su dinero, además fruto de su desgracia, y de lo suyo gasta.
Pero, después de decir eso, se me ocurren – me asaltan – un montón de preguntas. Sólo dejaré una: ¿tenía que proponer Podemos como cabeza de cartel a alguien que vive en y entre realidades tan alejadas de quienes pueden ser su sustrato electoral?.
Bueno, dejadme que suelte una segunda pregunta: ¿no había en Podemos, en una formación en la que no caben (dicen) los personalismos, nadie más, alguien menos significado, alguien más cercano ya a primera vista, alguien que viva en “mi” barrio?

Supongo que no es preciso ahondar en mi pensamiento, que es claro que no tengo ninguna crítica a la vida privada de Pili Zabala, que mis cuestiones se dirigen a Podemos, que son ellos quienes deben dar respuesta. Que no es P.Z. la que debe explicar  a los ciudadanos dónde vive, cómo y por qué. Que es el grupo político que la ha colocado como candidata a lehendakari quien debe responder a las cuestiones anteriores.

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