sábado, 21 de mayo de 2016

Monstruos rotos

La conciliación familiar, la adolescencia y sus “libertades”, la relación materno-paterno filial, la construcción de las ciudades, su decrepitud-obsolescencia, los límites entre el sueño y la demencia, la violencia de género, la comunicación en un mundo marcado por la Red, el lugar de los medios (cada vez más omnipresentes porque ya sólo necesitan un teléfono), las relaciones jerárquicas en el trabajo, la labor social con los “desprotegidos”, y algún otro asunto más van recorriendo “Monstruos rotos” de Lauren  Beukes.
Una novela bonita, que se lee muy bien, a la que se le puede llegar a sacar mucho jugo, aunque no esté entre sus intereses el de moralizar. Y una “traca” final espectacular, monumental.
Con un lenguaje directo, rápido, sin rodeos, casi novedoso en su utilización del chat y otros elementos de Internet, resulta una lectura fácil y muy recomendable para este verano.

Os dejo cuatro citas de la novela. No porque sean extremadamente significativas, sino porque a mí me han gustado lo suficiente como para daros un poco de alimento literario:
“- ¿Te sientas a comer conmigo, Benjamín? –le dice su padre.
- ¿Tengo que hacerlo?
- Qué va. Podemos comer cada uno en un sitio distinto de la casa, todos conectados a nuestros aparatos y sin dirigirnos la palabra”

“Se supone que las actividades extraescolares han de ayudar a Layla a salir de su caparazón. Como si ella no supiese que se trata de un servicio de niñera barato para que su madre no se sienta culpable todo el rato.”

“El colegio no se puede permitir el mantenimiento de la biblioteca, pero tiene cámara de vigilancia y detectores de metal. Prioridades.”


“Ambos están en buena forma, pero ya no son jóvenes. Se nota un reblandecimiento de los músculos. Eso vale también para sus convicciones. La Experiencia ha desgastado el filo de las verdades inamovibles en las que creía cuando era más joven”

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