martes, 1 de octubre de 2013

Día agridulce

Ayer fue un día agridulce, Dulce porque 52 “mayores” estuvimos haciendo senderismo entre Briones y San Asensio. En La Rioja hacía un tiempo espléndido y el paseo estuvo muy bien. Que, además, terminó en comida en Haro. Frugal…, no desmadremos el pensamiento.

Briones desde el Museo del Vino. Acuarela de Pili
Fue “agrio” porque a la vuelta, en el autobús, con el que estaba a mi lado, salieron, en triste conversación, corruptelas (ya sabéis: Bárcenas y todos esos”) descreencia absoluta en los políticos (“todos son igual”: Aznar y Felipe, Rajoy y Rubalcaba), desilusión infinita en la política (“¿qué sistema hemos montado?, ¿quién lo puede cambiar?, ¿cómo?”; “yo ya no voto desde hace…”;) y, por debajo de todo eso, la enorme preocupación por los que lo están pasando mal, muy mal, que ayer se concretaba en “¿qué va a pasar con los parados mayores de 50?”. Y hablamos de algún conocido sin trabajo ni esperanza, sin prestaciones ya, viviendo de los padres.
La llegada a casa me trajo dos noticias del día. La primera hablaba de las subidas de las pensiones. Para quienes no tienen nada, para quienes ven amenazado su sueldo por cercanas rebajas, cualquier subida parece un pastel. Los que tenemos una pensión hacemos números. Yo percibo la pensión más alta (¡ojo!, sé muy bien que estoy en el tope de las “pensiones contributivas”, pero Felipe, es un ejemplo, no ha comprado una finca con los ahorros de su “pensión contributiva”). Me van a subir 5 (sí 5) euros al mes. O sea, el que más va a ver aumentar su pensión, va a recibir 5 euros más al mes. 70 al año. Comprenderéis que, visto desde este lado, el comentario más unánime ha sido el de “que se lo metan por…”

La segunda noticia decía que las subvenciones a los partidos se elevan un 27%  ( un total de 52,7 millones de euros, de los cuales, casi la mitad, 24,5 millones, corresponden al PP). ¿Será para seguir alimentando la increencia?

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