domingo, 13 de mayo de 2012

"La habitación cerrada"


“La habitación cerrada” es la novena entrega del detective Martin Beck, creado por Sjowall Maj y Wahloo Per.
Durante mucho tiempo he pensado que la censura franquista nos había birlado ocho de las entregas, después de dejarnos leer un par de ellas. Pensaba yo que serían las más críticas con el sistema y, por tanto, (no sé por qué) las mejores.
Hoy no tengo ni siquiera la duda. Aquellas dos (“Asesinato en el Savoy” y “Los terroristas”) fueron las mejores, aunque me gustaría releerlas para ver el efecto del paso del tiempo.
“La habitación cerrada” es una mala novela. Es un panfleto: un panfleto anti policía y, en algunos momentos, anti sistema. Pero, en muy pocos casos es lúcido, incisivo, inteligente,…
Cuando un autor coloca en cualquier página, venga o no al caso, sus soflamas, simples, sin matices, contra lo que sea, está escribiendo un panfleto.
Cuando un autor escribe una novela y prescinde de la inteligencia del lector, de su capacidad para llegar allá donde quiere conducirle basándose únicamente en la acción y, quizás, en tenues insinuaciones, escribe una mala novela.
“La habitación cerrada –lo digo con la desilusión de un fan contrariado- es más un mal panfleto que una novela negra digna. Y todos estos problemas, supongo, debió tenerlos ya en los años 70, cuando fue escrita y no publicada en castellano. El tiempo no habrá hecho en este caso más que agudizarlos, exponerlos con mayor claridad a los ojos del lector.
A “La habitación cerrada” le sobran las mitad de las páginas, le falta ligereza, se hace pesada, se lee hasta el final más a base de coraje, “de codos”, que por el placer, el gusto de leer. Su doble escenario de maleantes y policías, el misterio de un asesinato perpetrado en una habitación cerrada en la que no se encuentran ni el arma ni el casquillo de la bala asesina, no aportan –a mi modo de ver- nada a la novela negra. Una lástima.
Si hay por ahí algún otro nostálgico de Sjowall Maj y Wahloo Per, mejor se queda en su nostalgia. Hay tanto por leer que “La habitación cerrada” no se merece unas horas de su tiempo, de nuestro tiempo.

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