Estoy inmerso en un
verano distinto, en un verano “muy otro”. Hasta ahora siempre ha sido mar y
ciudad, y se ha convertido en río y “pueblo”.
Llevo un par de
jornadas de las de río. Son ratos de un par de horas a la orilla de un río, un
río “pobre” (el río Trueba) sin grandes caudales de agua ni lugares donde se
amanse para formar pequeñas piscinas. Ando por él, escucho el croar incesante
de las ranas a las que, a veces, persigo con la mirada (porque son mucho más
rápidas que yo, me cruzo con un niño o una mujer mientras “paseo” por el agua y
me pego ligeros chapuzones de dos brazadas, Noa ladra desde la orilla y luego
me siento en la silla (que es de playa, decían) a leer un rato. No es mal plan.
Además hay sombra por donde quieras que vayas.
Es un plan distinto
para mí, desconocido hasta ahora, pero no es mal plan. Me parece que nos quedan
por descubrir muchos “planes” después del mundo del trabajo.
Y por la tarde
“pueblo”. Que incluye la posibilidad de “hacer un largo” en alguna huerta.
Ayer, por primera vez en mi vida planté zanahorias (¡como suena!, sin
metáforas) y limpié malas hierbas, ayudé a tender una red para que las alubias
se agarren y regué,… ¡Uf, mamma mía! Y hoy ni una sola agujeta.
Ya veremos donde
llega todo esto. Por lo menos hasta la ruptura de muchas ideas preconcebidas.
Aunque ya se, no hace falta que nadie me lo diga, que esto no es más que “un
juego de verano” de alguien que vive de su pensión. Claro que, de momento, es
un juego agradable e interesante.
A ver si hago un
par de fotos, que sigo siendo un chico de ciudad.
He acabado de leer
“Perdida”. La segunda parte me ha parecido inferior a la primera: demasiados
altibajos en lo literario y en el mantenimiento del suspense, demasiadas
reiteraciones. Era de sospechar en una novela de 500 páginas (¡me entra un
tembleque cada vez que una novela pasa de las trescientas!...)
Pero me reafirmo en
que sigue siendo una novela con muchos momentos “inteligentes” y digna de ser
una buena “novela de verano”, que os hará pasar ratos entretenidos. Además es
muy ligera de leer y, a ratos, engancha.
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