“Pan, educación,
libertad” no es ni la mejor novela de la trilogía sobre la crisis griega, ni,
por supuesto, lo mejor que he leído de Petros Márkaris. Quizás porque no hay
una correspondencia clara entre el momento socio-económico-político en el que
se desenvuelve y los hechos que servirían para denunciar ese contexto.
Estamos ya en el
2014, Grecia ha salido del euro y ha vuelto al dracma, la crisis se ha
agudizado, llevando consigo cada día mayores dificultades incluso para comer,…
Pero ahí se acaba toda referencia a un futuro inmediato, la “utopía negativa”
(como sigamos por aquí, vamos a acabar ahí) que hubiera servido en la ficción
para leer el momento actual, se esfuma y toda la narración podría haber
sucedido dos años antes. Me parece a mí que, si una novela negra apuesta por un
tiempo futuro es para iluminar el presente, pero desde aquel punto del tiempo.
La posible correspondencia queda, en la novela, muy forzada, y se nota.
Y todo lo demás que
dijera serían de nuevo elogios. Márkaris es un autor que, mientras no me
demuestre lo contrario, estará en el ranking de mis lecturas preferidas. Cada
vez que escriba. Si alguien desea aficionarse a la novela negra, aquí tiene un
buen comienzo: Kostas Jaritos, el policía, no le defraudará.
No voy a decir ni a
contar nada más de “Pan, educación, libertad”. En la Red podéis inflaros a leer
cosas sobre ella, o sobre su autor. Como siempre, si vais a hacerlo, os
recomendaré www.negraycriminal.com. Sólo una cosa: de nuevo el mismo sentimiento: los
asesinados habían merecido que alguien los quitase de en medio, que alguien los
ejecutase. Y ese alguien de ningún modo iba a ser la justicia legal. De nuevo,
el asesino nos resulta más simpático que los asesinados.
Ésta es una novela
que tengo en papel. Ya sé que es mucho más incómoda de leer, pero, como a
Márkaris no lo voy a piratear (ni a Leonardo Padura, mi próxima lectura) (cosas
de la nostalgia), os comunico que si alguno tiene dificultades (económicas)
para hacerse con ella, yo la puedo prestar. Creo que es lo más parecido a el
P2P.
Cuando apenas me
quedaban las últimas 40 páginas por leer y yo ya había empezado a escribir esto
que ahora leéis, la prensa publicaba una noticia que, de alguna manera,
“trasformaba” la actualidad de mi lectura y que os resumo desde la web de
20minutos.es:
“El Defensor del Pueblo de
Grecia implica a policías y Guardia Costera en ataques racistas.
La Oficina del Defensor del Pueblo de Grecia publicó hoy un informe sobre el aumento de la violencia racista durante el pasado año en el que implica a policías, Guardia Costera y militantes del partido neonazi Amanecer Dorado en agresiones de carácter xenófobo. Estos casos son solo la punta del iceberg. Durante el periodo cubierto por el informe —de enero de 2012 a abril de 2013— se registraron cuatro muertos y 400 heridos en estos ataques racistas.
La Oficina del Defensor del Pueblo de Grecia publicó hoy un informe sobre el aumento de la violencia racista durante el pasado año en el que implica a policías, Guardia Costera y militantes del partido neonazi Amanecer Dorado en agresiones de carácter xenófobo. Estos casos son solo la punta del iceberg. Durante el periodo cubierto por el informe —de enero de 2012 a abril de 2013— se registraron cuatro muertos y 400 heridos en estos ataques racistas.
En varias ocasiones, destaca
el informe, había agentes de Policía presentes en el momento de las agresiones
y no intervinieron, o lo hicieron para arrestar a las víctimas. El lunes, por
orden del Ministerio de Orden Público, se inició una "amplia
investigación" para esclarecer los presuntos lazos entre militantes de
Amanecer Dorado y agentes de Policía. Desde entonces, una veintena de oficiales
y altos cargos del cuerpo han sido relevados de sus responsabilidades, dimitido
o suspendidos de empleo.”
Dos días después, la prensa
se había eco de la detención del líder del partido neonazi y algunos de los
parlamentarios pertenecientes a este partido.
Y acabo dejándoos un par de textos de la novela:
“A
no ser que consideremos terrorismo blanco las continuas amenazas de nuevos
recortes de los sueldos, de las pensiones y de las pagas extra. Ésta es nuestra
versión del terrorismo blanco, el que practica la clase burguesa dominante a
través de los organismos del Estado”
“En
estos tiempos, las personas de mi posición económica han convertido sus
automóviles en bienes inmuebles. No los mueven de donde están aparcados. Yo soy
de los pocos que todavía usan el coche para desplazarse. No me extrañaría que
Hacienda me abriera una inspección, convencida de que dispongo de recursos
ocultos para llenar el depósito”.
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