Que cada vez somos más los viejos (en
cantidad) es evidente. Que cada día hay más servicios, atenciones, planes,
viajes,… preparados para nosotros, un hecho incontestable.
Que cada vez son más las investigaciones, científicas,
médicas, sociológicas, psicológicas,…, que tratan de conocer, alargar y mejorar
nuestros últimos años, parece innegable.
Hay un concepto que engloba todo esto: el
envejecimiento activo. Nada de descansar. Actuar. Menear las piernas. Mover el
cerebro. No parar quieto.
Tanto que, a veces, tengo la impresión de que
muchos de mis congéneres van a sufrir un terrible estrés, porque a todo ese
movimientos le añaden una carga de necesidad (para estar en forma) y de
culpabilidad (en caso de pararse un rato para no hacer nada). A veces, me
parece que estamos en “la adolescencia de la vejez”.
Bueno, en este contexto (y como a mí también
me ocupa y preocupa esto del envejecimiento activo) el lunes estuve en una
charla (clase, le llaman en las aulas de Hartu-Emanak, a las que asisto con
regularidad una vez por semana). La charla-clase trataba sobre cómo mantener y
ampliar la memoria. Dijeron muchas cosas interesantes y nos presentaron (¿a modo
de “deberes”?) una batería de posibles actuaciones en pro de mejorar nuestro
cerebro.
Luego, nos rifaron unos libros (de
ejercicios) y me tocó uno (¿me señaló el maldito destino?). Con él en la mano,
y con un simple vistazo, comprobé lo que ya venía sabiendo: era, más o menos, como
uno cualquiera de aquellos varios tomos de materiales que preparé para usar en
mis clases con el objetivo de que los alumnos no “mataran” el rato, sino que le
dieran un uso interesante. Buscaban todos ellos, como éste, trabajar en la
mejora de la atención, la lógica, el razonamiento, la agudeza visual, la
velocidad de respuesta, …
Me consta que esos materiales siguen dando
vueltas por ahí, en manos de otros alumnos, en manos de otros educadores. Pero,
me planteo recogerlos y pensar en cómo darles nueva vida al dirigirlos a nuevos
“alumnos” (un poquito más viejos). No sé si lo haré.
Porque, tarde o temprano, al concepto del
envejecimiento activo habrá que añadirle la postillas de: “y productivo”. Cada
vez somos más los viejos y cada vez más los años de vida activa que nos quedan.
Algo habrá que hacer, nosotros también, para contribuir a la mejora del
Producto Interior Bruto. Que, si nos dejaran, se nos ocurrirían muchas cosas… y
las montaríamos.
Como para alguno de vosotros puede resultar
interesante (para vuestro entrenamiento personal, o como materiales elaborados
para trabajar con niños, adolescentes,…) os paso algunas direcciones que nos
dieron y que he comprobado: las APP (móvil u ordenador) de Peak, de Lumosity y
las Torres de Hanoi. Los ejercicios interactivos de memoria del Ayuntamiento de
Madrid (buscadlo en Google con estas palabras). Y esta dirección: http://blog.laharelkargoa.org/psikoestimulazio-liburua/.
En ella podéis descargar un libro entero en euskera o en castellano.
Buen provecho.
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