Recojo palabras de la web de la
propia editorial (Anagrama) para recomendaros “Cuatro por cuatro” de Sara Mesa,
porque son más claras de las que yo podría escribir ahora.
Después trataré de encontrar una
novela negra que me ayude a descansar de tanta “negrura” como hay en las
novelas de esta escritora.
“Cuatro por cuatro arranca con la
historia de un grupo de chicas, lideradas por Celia, que se han fugado de un
colegio pero que son atrapadas y devueltas a la institución. El colegio del que
huían, el Wybrany College, es un internado completamente incomunicado del
exterior y destinado a los hijos de familias acomodadas, los únicos que pueden
aspirar a salvarse de un mundo en descomposición en el que la vida en la ciudad
se ha hecho imposible. Pero el Wybrany College también acoge a los llamados
«especiales», chicos becados cuyos padres trabajan al servicio del proyecto.
Las relaciones entre ambos grupos y entre ellos, los profesores y los miembros
de la Dirección –el Sr. J., la Culo o el Guía– internarán al lector en un
microcosmos dominado por la manipulación y el aislamiento. Con una narrativa
fragmentaria, indirecta y muy depurada, la primera parte de la novela es una
suerte de enigma cuyo sentido se completará más adelante.
En la segunda parte de la obra la
perspectiva cambia con la irrupción de Isidro Bedragare, un profesor sustituto
que va recogiendo en un diario su particular visión de los hechos que ocurren
en el extraño internado, y que a su vez también esconde un secreto.
Narrada con un peculiar estilo que juega
con la insinuación y las zonas de sombra, el lector irá descubriendo en la
novela un universo literario autosuficiente, inquietante y enigmático, definido
por unas normas propias que apelan a las relaciones de poder entre los
distintos personajes y una violencia sórdida, latente, siempre a punto de estallar.
Con esta excelente novela, Sara Mesa
ahonda en la construcción de un espacio literario propio, siempre en los
límites de la realidad, con personajes marcados por la desolación y la
impotencia, el humor soterrado y un sutil poso crítico. Cuatro por cuatro es,
en realidad, un canto a la libertad mediante la mostración de su reverso: la
opresión, el aislamiento y el miedo al exterior generan monstruos.”
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